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Los empresarios: “Qué hacemos con la Semana Santa, ¿nos la cargamos también?”

Demandan que se olviden las guerras internas para “parar el tsunami del coronavirus entre todos”

El presidente del Instituto de Empresa, Marc Puig, durante su intervención en el 23 Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado el pasado año en Madrid
El presidente del Instituto de Empresa, Marc Puig, durante su intervención en el 23 Congreso Nacional de la Empresa Familiar celebrado el pasado año en MadridBallesterosAgencia EFE

El Rey Felipe VI ha inaugurado el XXIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que por primera vez se celebra de forma telemática a causa de la crisis del Covid-19 y que tiene como lema “La fuerza de la recuperación”. En su discurso inaugural, el Rey ha pedido “no caer en el pesimismo” ante un 2020 que está siendo “un año difícil” por el “inmenso reto histórico” del virus, así como que instituciones, empresas y familias demuestren su “capacidad y voluntad para unir fuerzas” y encontrar soluciones para el corto, medio y largo plazo, resolver los retos que ya existían antes de la pandemia que son “más urgentes” y poder dar “más esperanza” y “optimismo” para superar la crisis.

El congreso, que se extenderá durante dos días, lo ha abierto el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Marc Puig, con unas palabras de bienvenida, en las que ha defendido el papel que la Corona representa como muestra de “la estabilidad institucional” que necesita un país para crecer y desarrollarse “día a día y superar situaciones críticas” como la actual por culpa de la pandemia. “El papel fundamental asumido en su momento por la monarquía hizo posible una transición de una dictadura a una democracia sin derramamiento de sangre y del que debemos estar agradecidos todos los españoles, los que lo vivimos y las nuevas generaciones”, ha añadido.

El primero de los bloques de intervenciones de los empresarios se centró en cómo se debe afrontar la recuperación económica y cuál ha sido -y es- el alcance de las consecuencias de las medidas tomadas por el Gobierno. Y los empresarios fueron muy claros y calificaron como una “auténtica barbaridad” que se plantee extender de una vez el nuevo estado de alarma hasta el mes de mayo. “No podemos compartir los plazos. El nuevo estado de alarma se debe revisar de una forma más periódica”, dijo el presidente de la CEOE, que se preguntó: “¿Qué hacemos con la Semana Santa? ¿Directamente nos la cargamos con falta de confianza porque planteamos este plazo de mayo?”.

Puig, por su parte, incidió en esta “confianza", a lo que añadió que se debe dar también cierta "predictibilidad. El Gobierno debe ser muy claro en sus mensajes, que no parezca que al final todo se va en muchas direcciones sin concretar. Parece que estamos en la trinchera peleándonos entre nosotros antes de que llegue el verdadero enemigo invisible, que es el coronavirus. Lo que debemos hacer es parar entre todos este tsunami que nos ha venido, hacerlo juntos y en la buena dirección”.

El presidente del IEF ha reivindicado el papel que deben jugar las empresas en la “recuperación y transformación” del país y, para ello, ha pedido más medidas de apoyo por parte del Gobierno así como herramientas para que los fondos europeos lleguen al tejido empresarial. “Nos ponemos a disposición”, ha subrayado Puig que, a la vez, ha pedido al Ejecutivo que aparque otros planes que tenía antes de la llegada de esta crisis y dé prioridad a las medidas de apoyo a las empresas.

Por su parte, el máximo representante de la CEOE señaló que no se oponen a tomar medidas sanitarias e incidió en el carácter coyuntural de la crisis y defendió que las decisiones que se tomen se hagan “sin renunciar a ningún sector”. En su opinión, “es fácil demonizar un sector” citando el comercio, la hostelería y el turismo, y lo consideró un “auténtico error”. “Parece ahora que el problema de España es que hay turismo”. También ha destacado que el uso de los fondos europeos requiere “un cambio profundo, un cambio de estructura” para “que no haya un Plan E”, para que estos fondos “no se utilicen o se utilicen mal” con proyectos de “corto recorrido” que puedan dar empleo pero “precario”, y ha insistido en el riesgo de incurrir en gastos estructurales, ha añadido que el problema ya no es solo laboral y que habrá que tomar más medidas económicas “coyunturales” para solucionar el problema que se avecinan con esta segunda ola.