Especial Energía
El alza continúa y de manera sostenida de los precios en el mercado de la electricidad y del gas y/o los cambios regulatorios en cuanto al precio de los peajes, provocan una lógica preocupación en los consumidores que temen como todo esto se verá reflejado en su factura. Un sentimiento que, además, viene acompañado de un pensamiento pesimista: «no podemos hacer nada por evitarlo». Sin embargo, no es cierto.
Si bien, como particulares, poco o nada podemos hacer por influir en el precio de los mercados, sí contamos con herramientas para intervenir en nuestras economías particulares. En este caso, dos que son fundamentales, la información y la eficiencia.
El pasado 30 de septiembre, en el foro Connect 2021, que reúne a las mayores empresas del sector energético del País Vasco en Álava, la directora general de Feníe Energía, Paula Román, era muy clara: «una comercializadora no solo se puede limitar a comprar y vender energía. El acompañamiento al cliente es fundamental». Esta idea, en los tiempos que atraviesa el sector energético, cobra más sentido que nunca y quien mejor para acompañar e informar que los 2.500 Agentes Energéticos de Feníe Energía, expertos en eficiencia.
Feníe Energía se creó en el año 2010 de la mano la Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones de España (FENIE) con la responsabilidad social como objetivo y una fórmula sencilla y honesta de conseguirlo: siendo claros con el cliente, dándole seguridad, certidumbre, servicio e información transparente, justo lo contrario a lo que estaban haciendo las «grandes» compañías existentes en ese momento. Después de 11 años, la Compañía de los Instaladores, como a sus más de 3.000 socios les gusta llamarla, ha demostrado que otro modelo era posible.
En 2021, el reto que se presenta, y que asume Feníe Energía en su plan estratégico, es el de liderar junto a los profesionales del sector la transición energética desde abajo. La idea es hacer protagonistas a los clientes de esta revolución para que, en vez de ser los grandes olvidados, sean quienes se vean más beneficiados. ¿Cómo? A través de la eficiencia energética.
Analizaba Paula Román que, en ocasiones, perdemos de vista que el precio no es el único factor que determina el grosor de la factura. El consumo es igual, o incluso más importante. Y no, no se trata de apagar las luces o de prescindir de la calefacción en los meses de más frío, sino de saber cómo consumir para vivir cómodamente sin que los recibos comprometan nuestra economía familiar o empresarial.
Aunque todo esto puede parecer una obviedad es algo más complejo de lo que se aprecia a simple vista. Los avances tecnológicos y técnicos nos permiten alcanzar hoy en día unos estándares de eficiencia nunca vistos: autoconsumo, monitorización, iluminación, movilidad eléctrica, son servicios que nos introducen en la transición energética, fomentando nuestro ahorro, pero para los que el papel de los profesionales del sector es fundamental, ya que para que de verdad se consiga el objetivo, deben estar personalizados para cada cliente.
El papel de los profesionales
En el autoconsumo tenemos un claro ejemplo de cómo la participación de los profesionales del sector es fundamental. Con la subida de los precios de la luz la rentabilidad de este tipo de instalaciones se ha multiplicado y con ella su popularidad. Y es que, al final, quienes producen su propia energía, no tienen que comprarla en el mercado.
En los últimos meses, hemos visto como cadenas de grandes superficies se han lanzado a la venta indiscriminada de paneles solares para particulares. Pero no nos engañemos: una instalación de autoconsumo no es un televisor.
Cada instalación de autoconsumo es diferente y requiere de un estudio previo y un dimensionamiento. No solo hay que tener en cuenta el espacio, también las necesidades particulares, los hábitos de consumo, la orientación, legislación nacional y autonómica, licencias y un largo etcétera que, de no ser valorado, puede convertir una inversión inteligente en una pesadilla.
No es lo mismo una instalación de placas solares de autoconsumo para una pequeña industria que para un particular con una vivienda unifamiliar o que para un autoconsumo colectivo de una comunidad de propietarios. El papel de los Agentes Energéticos en este sentido es, literalmente, un seguro que protege cada inversión. Quienes cuentan con un Agente Energético están asegurándose un servicio, llave en mano, que incluye todos los pasos para garantizar su correcta amortización, tras un estudio completo de cada instalación y de su tramitación y burocracia.
Por otro lado, el servicio postventa también es fundamental. Ante cualquier problema, sabes a quien recurrir, porque tienes su contacto directo y vive muy cerca de ti: es el instalador eléctrico de tu zona, de toda la vida, el mismo que te ha hecho el proyecto y lo conoce minuciosamente.
Es tan solo un ejemplo de cómo una comercializadora tiene que asumir un compromiso con el cliente que suponga un aporte de valor para el mismo. También, de cómo la transición energética empieza desde abajo e implica a los profesionales del sector, situando a los clientes como beneficiarios principales de la misma.