Tu economía
El negocio bancario tradicional se ha fundamentado durante años en captar depósitos y en conceder préstamos. Una actividad en la que todo parecía inventado hasta la llegada de PSD2, la directiva europea que abría la puerta a entender las finanzas y la relación con los usuarios de una forma diferente. Desde su entrada en vigor, en 2018, los conocidos como «neobancos» y el sector fintech está revolucionando la industria. Nuevas entidades, nativas digitales, 100% virtuales, que ofrecen servicios básicos, como cuentas corrientes o tarjetas, pero que paulatinamente van incrementando su oferta. El hecho de que muchas de ellas ofrezcan un IBAN español o domiciliaciones, y una operativa eficiente con menores costes, las ha convertido en una opción actualizada a la banca.
Prueba de ello, es que el 86% de la población española utiliza apps de banca móvil. Del total de usuarios con apps de banca y finanzas, el 41,3% tiene aplicaciones de «neobanca», según datos de Smartme Analytics. Estas cifras muestran la evolución positiva que estas compañías han tenido en nuestro país en los últimos cuatro años, periodo en el que el número de usuarios de servicios financieros digitales ha crecido ininterrumpidamente. España, con casi 500 fintechs, es el cuarto país en Europa en inversión en este sector, solo por detrás de Alemania, Suecia y Francia.
«Los usuarios de banca han recibido muy bien todo el proceso de transformación digital del sector, tanto en aplicaciones que han digitalizado los servicios de siempre, como es la banca móvil, como en la entrada de nuevos productos», asegura Lola Chicón, CEO y fundadora de Smartme.
Desde Smartme, han detectado que los «neobancos» y las apps de finanzas personales no sólo no han perjudicando a la banca tradicional, sino que han impulsando al sector para que sea más digital. «Aunque en un primer momento su agresiva oferta libre de cobros por servicios y la supresión de las comisiones puso en jaque a la banca de siempre, lo cierto es que su llegada ha servido como catalizador de la digitalización de la industria, ya que las entidades tradicionales ha incluido también este tipo de soluciones en su oferta», añade.
Y es que, en España, a diferencia de muchos países europeos, los bancos tradicionales tienen un nivel de digitalización que permite la competencia directa con los «neobancos» y fintechs. «El mayor aliciente que tienen los ‘’neobancos’' en los países europeos, como Alemania o Reino Unido, donde tienen su origen mucho de ellos, es que la banca tradicional tiene un nivel de digitalización menos desarrollado que el español y los usuarios europeos más jóvenes se decantan por los nuevo agentes que les ofrece esa digitalización», explica Juan Abellán, director del Master de Mercados Financieros y Gestión de Activos de IEB. Los pronósticos apunta a que, a medida que se acentúa la tendencia actual de desaparición del dinero físico, la competencia entre banca tradicional y estas empresas será mayor. «Es una carrera hacia la tecnología, en la que quien que se retrase, estará fuera», añade Abellán.
Enfocados en el usuario, su objetivo es retenerlo y hacer aumentar el número de los que permanecen activos, para lo que es fundamental conseguir una buena experiencia de usuario. Ello hace imprescindible la innovación, que se evidencia en el lanzamiento de productos y servicios que se adaptan a sus necesidades, haciendo girar el modelo bancario tradicional hacia otro en el que los servicios financieros están presentes e integrados completamente en la vida cotidiana de los clientes.
Más que «neobancos» se consideran «superapps» financieras, que entienden el negocio de una forma muy diferente, cambiado también el perfil de «banquero».
Ignacio Zunzunegui (Revolut)
Ignacio Zunzunegui, Head of Growth para España y Portugal de Revolut, aterrizó en la compañía el pasado mes de enero. Anteriormente, había trabajado para empresas de marcado carácter tecnológico, como Glovo o AliExpress. Pese a que estudió Dirección de Empresas, especializándose en finanzas, reconoce que le gusta más el enfoque de la «neobanca», centrado en el usuario, que el tradicional. «Nuestra visión no tiene nada que ver. Miramos el negocio desde otro punto de vista, ya que nos fijamos en aspectos como las métricas, en la retención del usuario y en su experiencia», explica. En nuestro país, Revolut ya ha alcanzado 1,1 millones de clientes, después de experimentar un crecimiento del 76% en el último año. Prueba de que la compañía apuesta por España, su cuarto mercado europeo más importante, es la apertura de oficinas en Madrid y, más recientemente, en Barcelona, y la incorporación en los últimos meses de 300 personas, de perfiles y nacionalidades diversas. «Buscamos personas creativas y con talento», precisa. Aunque su producto estrella es su tarjeta, con la que se puede pagar en 150 divisas sin comisiones, cada vez más son los usuarios que confían en Revolut en su día a día y no solo para viajar.
Marta Echarri (N26)
La directora general de N26 en España también procede del mundo de las finanzas tradicionales (trabajó durante más de 15 años en entidades internacionales como J.P. Morgan, Lombard Odier o UBS). Por ello, tras este periodo, asumió estar a frente de una entidad como N26 como un reto y un «soplo de aire fresco». «Me atrajo la posibilidad de cambiar de rumbo y apostar por un modelo de empresa y una visión que encaja mejor con las demandas de los clientes actuales, enfocadas en la personalización y la digitalización. Creo que los bancos móviles como N26 son vitales a la hora de liderar el cambio hacia la banca del siglo XXI, en la que el cliente está en el centro», asegura. Destaca, asimismo, que su estructura organizativa horizontal y muy plana, les hace muy ágiles a la hora de tomar decisiones. «Para trabajar en un banco 100% móvil como el nuestro es necesario ser una persona autoexigente, curiosa y que no le tenga miedo a salir de su zona de confort y pensar ‘’out of the box’'», indica, N26 llegó a España a comienzos de 2018. En los últimos dos años, ha aumentado su base de clientes en un 43% y un 41%, respectivamente, hasta alcanzar los 770.000 clientes.
Guillermo Vicandi (Bnext)
En 2018, fundó, junto a Juan Antonio Rullán, Bnext, una solución fintech que abordan el negocio financiero de una manera diferente. Procedente del mundo del Derecho y de las Finanzas, Vicandi se embarcó en la aventura de Bnext al encontrar una oportunidad de mercado muy interesante. «Sin ser un banco, tratamos de dar servicios bancarios a nuestros clientes. Todo el mundo ha cambiado sus hábitos de consumo, buscando la inmediatez y la usabilidad, y las finanzas no son una excepción», señala. Actualmente, Bnext cuenta con más 200.000 usuarios, a los que se unen otros 100.000 en México. Próximamente, prevén dar el salto a Colombia, Perú, Ecuador y República Dominicana, teniendo como objetivo llegar al millón de clientes el próximo año. Bnext comercializa dos tipos de productos, de terceros a través de un marketplace, como préstamos al consumos, hipotecas, productos de inversión y seguros; y otros propios, especialmente centrados en el envío de dinero internacional. «Lo hacemos de una forma muy novedosa, ya que utilizamos el blockchain, para que sea los más rápido y barato posible», expone.
Borja Sola (Orange Bank)
Orange Bank es el primer banco de una empresa de telecomunicaciones en España. Un nuevo concepto de entidad móvil basado en una intuitiva experiencia digital, disponible solo para clientes Orange. « Nuestra principal diferencia es el amplio abanico de productos que podemos ofrecer y que completan la oferta de Orange. Nuestro conocimiento de la banca y también de la tecnología (porque la tenemos en casa), es lo que nos hace ser sumamente eficientes», señala el Ceo de Orange Bank en España. Solá, que se incorporó a la entidad en 2019, siempre ha estado vinculado al mundo de la finanzas. Participó en la constitución de Evo Banco, una entidad que apostaba por la transformación digital, y donde se empapó de la innovación tecnológica. Por eso, cuando le ofrecieron la oportunidad de participar en el lanzamiento de Orange Bank «no lo dudé», tal y como asevera. Actualmente, cuenta con 155.000 clientes, 240 millones en depósitos y 3 millones de dispositivos financiados por valor de 900 millones de euros. «Queremos lanzar nuevos productos y potenciar los que ya tenemos, como nuestras tarjetas digitales o las cuentas corrientes y remuneradas», afirma.
Francisco Jaramillo (Solarisbank)
El director general Solarisbank en España cuenta con una dilatada carrera financiera. Amante del arte y de la ópera, no se lo pensó dos veces cuando Solarisbank se cruzó en su camino, y le propuso unirse a su proyecto. «Fui un banquero tradicional toda mi vida, pero, tras vivir la crisis bancaria, comencé a trabajar en el mundo de los pagos, lo que me permitió iniciar el tránsito hacia las finanzas digitales», indica. Solarisbank es una plataforma tecnológica de Banking-as-a-Service (BaaS), que cuenta con licencia bancaria alemana. La compañía permite a las empresas ofrecer servicios financieros sin necesidad de poseer una licencia propia, evitándoles las cargas financieras y regulatorias correspondientes. Su plataforma tecnológica contiene una amplia gama de productos modulares, como cuentas corrientes, soluciones de identificación y préstamos, así como servicios de activos digitales. «Somos facilitadores para que existan ‘’neobancos’', utilizando nuestra tecnología y nuestra licencia bancaria para dinamizar el ecosistema financiero», precisa.
Mónica Correia (Nickel)
Nickel, perteneciente al Grupo BNP Paribas, es un servicio alternativo a la banca tradicional, que se diferencia del modelo de «neobanco» como tal, puesto que su foco no se encuentra encuentra íntegramente en los servicios digitales. «Nickel apuesta más bien por un sistema híbrido, en el que se combina lo mejor de dos mundos: lo mejor del mundo físico, con atención personalizada y cercana por parte de personas de confianza, y las ventajas del mundo digital, posibilitando la realización de operaciones a través de un dispositivo móvil con una aplicación realmente sencilla», precisa la CEO de Nickel en España. El equipo de la compañía está compuesto por profesionales de todo tipo de disciplinas necesarias para sacar adelante cualquier proyecto: finanzas, operaciones, legal, ventas, atención al cliente… «Venimos de sectores distintos, no sólo de banca, lo cual enriquece mucho nuestra visión», declara.
José Molina (Crealsa)
El CEO y cofundador de Crealsasiempre ha tenido claro que le gustaba el mundo financiero y bancario, por lo que optó por formarse profesionalmente en este campo, pero siempre pensando que había una forma disruptiva de hacer las cosas. Crealsa, que nació en 2009 como una alternativa a la banca, se convirtió el pasado mes de marzo en el primer «neobanco» español que financia a empresas y autónomos. En estos años, han financiado en torno a 450 millones de euros a través de 50.000 operaciones y planean seguir expandiendo su presencia, tanto en digital, como a pie de calle. En 2022 su principal reto es la consolidación de su propuesta de valor como «neobanco» para empresas y autónomos, abriendo nuevas delegaciones en distintas ciudades españolas y afianzando su modelo híbrido, que también potenciará el entorno digital. «Para llevarlo a cabo, estamos incorporando talento con distintos perfiles, poniendo el foco en financiero, tecnología y producto y esperamos duplicar plantilla de aquí a final de año», manifiesta.
Álvaro Gallego (Alfred)
La antigua bcn10 verá de nuevo la luz bajo una nueva denominación el próximo mes de septiembre, Alfred, y con un nuevo planteamiento de «neobanco». Desde que fue adquirida el pasado mes de julio, se ha reforzado toda la tecnología y se ha puesto foco en la ciberseguridad. Sus fundadores, entre los que se encuentra Álvaro Gallego, proceden de sectores muy diferentes y carreras profesionales muy dispares. «Lo que nos une es la curiosidad y las ganas de aprender experimentando», afirma. Formado por una plantilla de informáticos, científicos de datos y expertos en inteligencia artificial en la parte técnica; y por expertos en marketing, ventas y comunicación en el lado de desarrollo de negocio, pretenden, primero, proporciona el conocimiento de cosas tan sencillas, pero tan importantes, como la realización de un balance de ingresos y gastos mensuales o la creación de un fondo de emergencia para imprevistos.
Todos ellos son ejemplos de «neobanqueros» que, con su «expertise», están revolucionando el mundo de las finanzas, poniendo en el mercado soluciones innovadoras que hacen la vida más fácil a los usuarios.