Vivienda

Airbnb no tiene un impacto significativo en el precio de los alquileres

Un estudio publicado por Fedea asegura que prohibirla por esta causa no se sostiene. Defiende que hay que valorar sus efectos positivos sobre el turismo

Turistas en el centro de Palma de Mallorca
Turistas en el centro de Palma de Mallorcalarazon

Un estudio publicado por Fedea asegura que prohibirla por esta causa no se sostiene. Defiende que hay que valorar sus efectos positivos sobre el turismo.

Poco significativo. Ese sería el impacto que está teniendo sobre el precio de los alquileres la plataforma Airbnb, que intermedia entre aquellos visitantes que buscan una vivienda para arrendar por un corto espacio de tiempo y los propietarios que las ofrecen. Esta es la principal conclusión del estudio «El efecto de Airbnb en el mercado del alquiler: el caso de Madrid», elaborado por Jorge Luis Casanova Ferrando y publicado por el prestigioso «think tank» Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

Para realizar su trabajo sobre Airbnb, el autor ha recopilado los datos sobre los alquileres que se ofrecen en la web de la plataforma en Madrid. Ante la falta de una estadística oficial con los precios del alquiler en la capital, ha tirado de los de dos páginas inmobiliarias: pisos.com y fotocasa.es. A partir de esta información, ha realizado una ecuación que relaciona los alquileres, medidos en euros por metro cuadrado, con las características que tiene cada una de las propiedades, incluyendo aspectos como el número de habitaciones y baños y la disponibilidad de terraza y trastero, su localización y la oferta de pisos de Airbnb en la zona circundante.

Las conclusiones del estudio sugieren que las viviendas en alquiler situadas en los distritos de la almendra central de la capital «no sólo se caracterizan por tener precios más altos sino por tener un gran número de pisos de Airbnb a su alrededor. A pesar de esta correlación, corrigiendo los problemas de endogeneidad y la correlación espacial, se demuestra que no hay una relación significativa entre ambos mercados». «Airbnb no tiene un efecto significativo en las rentas en la ciudad de Madrid», resume el documento.

La capital de España es un buen termómetro para medir el impacto de Airbnb en las grandes ciudades, que es donde mayor implantación tiene. Se trata de la metrópoli donde mayor implantación tiene la plataforma de toda España. Según sus propios datos, en 2018 fue utilizada por 1,26 millones de visitantes que se desplazaron hasta la capital, el doble que en 2016. Gracias a estas estancias, los anfitriones madrileños ingresaron 132 millones de euros y los comercios, bares, restaurantes y resto de oferta de ocio de Madrid ingresó 648 millones, asegura la compañía. Casi 11.000 familias ofrecieron sus viviendas a través de Airbnb el año pasado, según sus propios datos.

El presunto efecto negativo que tiene sobre los precios de los alquileres tradicionales es una de las principales críticas que hacen los detractores de Airbnb. Según su teoría, al desplazar a los propietarios de viviendas de alquiler de larga duración hacia el mercado de corta duración, los precios se han incrementado, lo que causa preocupación entre los ciudadanos y las autoridades locales. El estudio publicado por Fedea pone de relieve que, según sus cálculos, esto no es así, aunque «no refleja otras externalidades que puedan haberse generado en Madrid». El incremento del ruido y de la criminalidad por la marcha de inquilinos de larga duración son otros de los reproches que sus opositores hacen a la plataforma.

Sin embargo, su autor sí que asegura que el trabajo tiene «implicaciones políticas» sobre cómo podrían los gobiernos locales justificar de forma adecuada futuras regulaciones del sector. En primer lugar, asegura que prohibir la existencia de Airbnb en Madrid «no puede estar justificado por su presunta interacción con el mercado de alquiler»y es una decisión que no puede tomarse «sin tener en cuenta los efectos [de la plataforma] en otros sectores, como el turismo o la actividad económica de los alojamientos». Los defensores de la plataforma argumentan que no solo incrementa la llegada de visitantes sino que, además, dinamiza la actividad económica de una ciudad, permitiendo, por ejemplo, que los propietarios de las viviendas ganen «un dinero extra». Esto, según entienden, permite optimizar servicios y bienes que antes estaban infrautilizados. Según los datos de Airbnb, los viajeros y los anfitriones que utilizaron la plataforma en 2018 generaron más de 6.000 millones de euros de impacto económico directo en España.

El informe también asegura que los gobiernos locales deberían estudiar el fenómeno de Airbnb desde «múltiples enfoques» y no como se ha realizado hasta el momento. Además, concluye, sus resultados abren un nuevo debate sobre «cómo web similares –y no Airbnb– podrían estar de hecho teniendo un impacto en el mercado del alquiler en Madrid».