Economía
Aumenta el gasto
El gran consumo creció un 1,7% en 2015 y registró su mejor resultado en siete años. La confianza del consumidor se resiente por la inestabilidad política.
Al margen de que el consumo privado represente más de la mitad del PIB y de que haya supuesto uno de los principales retrocohetes para el despegue de la economía española, el gran consumo creció un 1,7% en 2015, ejercicio en el que firmó su mejor resultado en siete años, según datos de Nielsen.
La recuperación se refleja en la cesta de la compra. Los españoles se gastaron 71.000 millones de euros en cubrir sus necesidades de alimentación, cuidado del hogar y personal. De media, un 1% más que en 2014. Y el crecimiento del consumo se produjo incluso en un escenario sin deflación. Pese a que la mejora de la confianza de los españoles tenga mucho que ver –según los datos de Nielsen creció nueve puntos en 2015–, de los datos del CIS se desprende que la confianza de los consumidores cayó en febrero por segundo mes consecutivo, y en lo que va de año este indicador acumula un descenso superior a los 11 puntos.
Como consecuencia de las mejoras de renta, del descenso del paro, o de las caídas de los precios y de los combustibles, los consumidores disponen de más dinero en el bolsillo para gastar. De hecho, desde Nielsen aseguran que 2015 fue el año en el que se consolidó la recuperación de la demanda.
Las ventas del comercio crecieron en enero un 2% interanual y encadenó 17 meses al alza, pero se ralentizó la tendencia alcista. Por ello, entre los comerciantes existe una cierta preocupación. Tras un año bastante positivo, el consumidor comienza a retraer su predisposición a la compra. Manuel García-Izquierdo, presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), admite cierta inquietud sobre un posible estancamiento de la reactivación del consumo. No obstante, confía en que sea puntual y en volver pronto a la senda de crecimiento para recuperar al máximo lo perdido en estos años de crisis. Por otra parte, y al igual que ha sucedido con la cesta de la compra, durante el pasado año se consolidó la recuperación de la demanda en hostelería, poniendo fin a los cierres de establecimientos, que en los años de crisis se cuantificaron en unos 25.000. El consumo de bebidas aumentó un 3,9%, cuando entre 2010 y 2013 las caídas que se registraban fueron de entre el 5 y el 6%.
AMENAZAS
De entre las sombras que se ciernen sobre el gran consumo en el futuro, la principal sería la caída de la población en España, que se reducirá previsiblemente en un millón de personas durante los próximos 15 años. «No afectan tanto a la cesta de la compra las incertidumbres políticas y económicas. Uno no deja de comer por esto, pero sí se pueden posponer ciertos gastos como comprar un coche o renovar un electrodoméstico», sostienen desde Nielsen.
El consumo ha estado creciendo los últimos 17 meses por encima del 2%, por lo que el sector encara una situación mucho más favorable que la de años atrás. Más allá de la coyuntura, fuentes de la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (Anged) señalan algunos cambios estructurales que afectan al sector. El primer desafío, aseguran, tiene que ver con la flexibilidad. Y es que si un cliente necesita comprar en domingo no esperará a que abra su tienda el lunes, y buscará on-line otra compañía que le sirva el pedido en casa o en la oficina en el horario más cómodo. Otro reto a medio plazo será la transformación digital de las empresas, pero lamentablemente «la regulación en España no está favoreciendo la adaptación de nuestro sector a la era digital, sino todo lo contrario. Impone frenos a la inversión y multitud de barreras operativas, principalmente, a los grandes formatos comerciales». Por otra parte, desde Anged remarcan que la evolución en el último año de las ventas de bienes duraderos, como coches y electrodomésticos y el repunte del crédito al consumo, del 13% según los últimos datos de Asnef, indican una predisposición mayor de los hogares a consumir. «El comercio es un gran termómetro social». García-Izquierdo reconoce que son los primeros en detectar cambios en la actitud de los ciudadanos. Actualmente, «observamos a un consumidor que se lo piensa más que hace tan sólo dos meses a la hora de efectuar la compra final. A priori, el único cambio relevante que se ha producido en los últimos meses es precisamente esa inestabilidad política, por lo tanto resulta difícil no relacionarlo».
La alimentación es el subsector que peor resultado obtuvo en enero. Facturó menos que en el mismo mes de 2014, cuando el contexto económico era menos favorable. Pero no menos llamativo es el flojo resultado de equipamiento de la persona en plenas rebajas. En el lado opuesto se encuentra «Equipamiento del Hogar», que tras ser uno de los subsectores más castigados por la crisis, mantiene la buena marcha de los últimos meses, con un crecimiento en sus ventas del 3,7%.
CAMBIO DE ACTITUD
«Se ha producido un cambio evidente en la actitud del consumidor en tan sólo unos meses y no parece que se acompañe de un cambio brusco en el empleo o en otros condicionantes, más allá del contexto de crispación y no entendimiento que están trasladando nuestros políticos». García-Izquierdo admite que son conscientes de las dificultades existentes para conformar Gobierno, pero revela que los políticos también deben saber el riesgo que conlleva para un sector económico tan clave mantener en el tiempo un clima de incertidumbre como el que se está materializando en la actualidad.
Semana Santa
Este año los españoles han gastado una media de 280 euros en Semana Santa, un 11,5% más que el año anterior, según se desprende del Observatorio mensual de Cetelem. Aunque los más numerosos (28,4%) son los que tenían pensado gastarse, como máximo, 100 euros, el gasto del 20,4% de los encuestados ha oscilado entre los 200 y los 500 euros. Además, sólo un 12,8% se habrá gastado más de 500 euros durante esta pasada semana. Asimismo, el 14,2% declaró su intención de realizar un gasto superior al de 2015. Descansar, quedar con amigos, salir a restaurantes y viajar son las actividades que más se realizan en Semana Santa. Este año parece que la mayoría ha optado por quedarse en sus ciudades descansando y disfrutando de amigos (56,0%). El 41,6% ha aprovechado para salir a restaurantes, frente al 33,6% de 2015, y el porcentaje de los que pensaban hacer viajes durante esta semana se redujo desde el 35,2% hasta el 28,0%.
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