Bruselas
«Impuestazo» de la UE a las tecnológicas
Los gigantes tecnológicos con ingresos de más de 750 millones de euros en el mundo y 50 millones en la UE se enfrentan a una tasa del 3% de su facturación con independencia de su sede física.
Los gigantes tecnológicos con ingresos de más de 750 millones de euros en el mundo y 50 millones en la UE se enfrentan a una tasa del 3% de su facturación con independencia de su sede física.
Todos los días se envían 20.000 millones de correos electrónicos, se realizan 650 millones de búsquedas por internet y se ven 800 millones de vídeos. Esta frenética actividad genera unos ingentes ingresos, pero la dificultad para acotar dónde se originan causa que estas cantidades no sean gravadas. Para paliar este agujero, la Comisión Europea presentó ayer una propuesta con la que pretende recaudar 5.000 millones de euros anuales en los Veintiocho y pone en el punto de mira a gigantes de la era digital como Facebook, Twitter y Google.
«Estas reglas, previas a internet, no permiten a nuestros Estados miembros gravar a las empresas digitales que operan en Europa cuando tienen poca o ninguna presencia física aquí. Esto es un agujero negro cada vez mayor porque la base impositiva se está erosionando», explicó ayer el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Según los datos de la Comisión Europea, este tipo de empresas soportan una presión fiscal del 9,5%, menos de la mitad de la media de los denominados modelos tradicionales, cuya cifra llega al 23,2%. La UE es consciente de que ante la revolución tecnológica es necesario cambiar las reglas del juego y está dispuesta a dar un giro sobre la base imponible del impuesto de sociedades para que todas las empresas europeas paguen sus impuestos allá dónde tengan usuarios, independientemente de que su negocio no tenga una base física en el Estado en cuestión. La denominada «presencia digital» susceptible de pagar impuestos viene establecida por un umbral de ingresos mínimos de siete millones de euros anuales en un Estado miembro, más de 100.000 usuarios en un Estado miembro en un ejercicio fiscal o más de 3.000 contratos de negocio para servicios digitales. Con esta iniciativa se pretende que la medición de los beneficios venga marcada por dónde se encuentran establecidos los usuarios.
Ante lo complicado de esta reforma y para abrir boca, la UE propuso ayer una iniciativa temporal que grave al 3% la facturación de los gigantes tecnológicos. El propósito es que los Estados no actúen de manera unilateral y entren en una guerra sin cuartel ante las previsibles presiones de las tecnológicas.
Dentro de esta propuesta, sólo se verán afectadas las empresas con un total anual de ingresos de 750 millones de euros en todo el globo y 50 millones en la UE. Ante un panorama en el que EE UU lleva la delantera de la revolución digital, el propósito del Ejecutivo comunitario es no penalizar a pequeñas empresas europeas con dificultades para innovar. Este 3% se aplicará a los ingresos de actividades en la que los usuarios generen un valor relevante como, por ejemplo, la venta de espacios publicitarios en línea, la venta de bienes y servicios entre usuarios a través de los intermediarios digitales y la venta de datos obtenidos por la información aportada por el usuario.
A pesar del enfoque en dos fases propuesto por la Comisión Europea, la necesaria unanimidad para poder conseguir el acuerdo hace presagiar negociaciones muy difíciles. Los bandos en el seno de los Veintiocho ya están claros. Por un lado España, Francia, Italia y Alemania a favor de gravar estas actividades y ,por otro, el grupo liderado por Irlanda y en el que también estarían Holanda y Luxemburgo, temerosos de que esta iniciativa termine con su planificación fiscal agresiva. Este tema se debatirá hoy en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Ventiocho.
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