Supervisor bancario
Draghi controlará el 85% de la banca española
El BCE pondrá bajo su tutela a casi todo el sistema español a partir de marzo de 2014 l El supervisor único vigilará a menos de 200 de las 6.000 entidades europeas
No volverán a repetirse los desmanes del pasado en el sector financiero. Con esa premisa, los ministros de Economía de la Unión Europea lograron ayer un acuerdo de mínimos sobre la puesta en marcha del supervisor único europeo, después de que se haya demostrado que la Autoridad Bancaria Europea y sus famosos «test de stress» son insuficientes. La práctica totalidad de la banca española, exactamente el 95 por ciento de las entidades según el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy –y más del 80% según el ministro Luis de Guindos–, será controlada por el Banco Central Europeo (BCE) cuando éste ponga en marcha el control bancario.
La crisis financiera española, que puso al borde del precipicio a toda la zona euro por temor a un efecto contagio, no volverá a repetirse porque las autoridades de Fráncfort, a las órdenes del cada vez más poderoso Mario Draghi, tendrán en su mano todos los datos de las entidades con carácter «sistémico», es decir, aquellas que tengan activos superiores a los 30.000 millones de euros o representen el 20% del Producto Interior Bruto del Estado en el que se ubican y las que hayan recibido ayudas públicas. Según los expertos, la supervisión afectará a menos de 200 entidades europeas de las 6.000 que componen el sistema bancario europeo: 13 en España (a falta de tres ventas), 15 en Alemania, 19 en Reino Unido y nueve en Italia, entre los grandes países.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que conoció la noticia del acuerdo horas antes de su reunión en Bruselas con el resto de sus socios, se mostró «muy satisfecho» por lo conseguido porque, a su juicio, «da certidumbres» sobre el sector financiero. «Estoy muy contento porque demuestra que hay una voluntad política de que el euro sea irreversible, que es lo que siempre ha querido y pretendido España. Es de sentido común y todos estamos de acuerdo en ello», dijo Rajoy a la Prensa a su llegada a la reunión de líderes del Partido Popular Europeo (PPE) que precedió al Consejo Europeo.
De hecho, la aprobación del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) era muy esperada, puesto que sin ella se hubiera producido un grave problema para seguir adelante con la aprobación de los siguientes pasos previstos hacia la unión bancaria, con lo que se habría incrementado la incertidumbre en los mercados que siempre acaba pagando España.
En este sentido, Rajoy apuntó que el control por parte del BCE del sector bancario será «muy bueno» porque da «mucha seguridad a las entidades financieras, a los que invierten en entidades financieras y, sobre todo, a los depositantes y a los clientes de esas entidades».
En la misma línea, el ministro Luis de Guindos explicó que las modificaciones aplicadas al acuerdo final, reduciendo el umbral de activos necesarios para recaer bajo el control del BCE, no cambia las cosas para España debido a la estructura de su sistema financiero. «Para España, el tema de dónde se establecía el corte no era especialmente relevante. Si hubieran sido 40.000 millones habrían sido las mismas instituciones y prácticamente la misma cantidad de activos», indicó. Según explicó, más que las instituciones concretas, lo importante para España es que ha conseguido «un avance fundamental en lo que es el proceso de la unión bancaria». En todo caso, destacó que hay que «continuar dando pasos en lo que es la creación de un fondo de garantía de depósitos y también de un fondo de reestructuración y de resolución bancaria», dos cuestiones que están de momento aparcadas por las reticencias de Alemania.
El comisario europeo de Mercado Único, Michel Barnier, por su parte, planteó que «habrá una total información del BCE sobre el conjunto del sistema bancario, una homogeneidad de las prácticas y un manual de supervisión que será el mismo para los 6.000 bancos». «Claro está, en cuanto a la supervisión cotidiana los supervisores nacionales jugarán un amplio papel y tendrán también los medios de acción para actuar en el marco de esta supervisión», dijo.
Aunque el texto aprobado de madrugada no precisa la fecha, Barnier indicó que será a partir del 1 de marzo de 2014 cuando el BCE asuma las nuevas tareas de supervisión, otro retraso exigido por Alemania y Holanda, que además aleja con la misma jugada la posibilidad de una recapitalización directa de la banca que ansiaban España y Francia, aunque en condiciones muy especiales el MEDE, con permiso del BCE (que podrá intervenir también pequeñas entidades), podrá recurrir a esta opción. Luis de Guindos restaba también importancia a este hecho. No es un «problema» para España, porque ya ha obtenido un préstamo de 39.500 millones «con condiciones muy favorables», dijo. Pero el hecho es que éstos constarán como deuda, así como las ayudas hasta 2014.
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