El gasóleo se encarece un 0,8% en Navidad y la gasolina rebasa el umbral de 1,4 euros

Los precios de la gasolina y del gasóleo han registrado incrementos del 0,7% y del 0,8%, respectivamente, durante las dos semanas de Navidad y Año Nuevo, lo que ha situado de nuevo al primero de estos dos combustibles por encima del umbral de los 1,4 euros el litro, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).

En su primer boletín del año, retomado tres semanas después de la última información semanal de precios, la Comisión Europea indica que el litro de gasolina marca un precio medio en España de 1,407 euros y se sitúa un 0,5% por encima del nivel de hace un mes.

Por su parte, el litro de gasóleo se sitúa en 1,357 euros, lo que implica una subida del 1% con respecto al nivel de hace un mes, pero un descenso del 0,3% con respecto al inicio del ejercicio 2013. Este combustible regresa con la nueva subida a niveles superiores a los 1,35 euros.

En el escenario actual, llenar un vehículo de gasolina con un depósito medio de 55 litros de capacidad cuesta 77,3 euros, 60 céntimos más que a finales de diciembre, mientras que en el caso del gasóleo el precio se sitúa en 74,6 euros, también 60 céntimos más.

La Comisión Europea informa de estos precios en un momento en el que la cotización del petróleo en los mercado internacionales se encuentra ligeramente a la baja. El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, se cambiaba en Londres por 107 dólares, dos dólares menos, mientras que el Texas 'sweet light' ronda los 92 dólares en Nueva York, cinco dólares menos.

Los carburantes siguen costando en España menos que en la media de la UE, donde el litro de gasolina asciende a 1,536 euros y a 1,566 euros en la zona euro. Por su parte, el precio del litro de gasóleo asciende a 1,433 euros de media en la UE de los 28, y a 1,418 euros en la zona euro.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos autonómicos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.