Trabajo
El hombre que enseña a alimentarse
Félix Revuelta, Premio Tu Economía 2017 a la Mejor Trayectoria Profesional, es el presidente de Kiluva, nombre que responde a las iniciales de sus hijos, Kilian y Vanessa, y su mujer, Luisa, y que a priori no dice nada. Muy distinto es cuando se explica que se trata de un grupo empresarial familiar bajo cuyo paraguas se encuentra Naturhouse. Una enseña que fundó en 1991 tras haber conocido el sector de la dietética y los complementos alimenticios en Dietisa, donde llegó a tener participación accionarial y a donde se incorporó tras haber trabajado en el extinto Instituto Nacional de Industria y ejercido de consultor de distintas empresas.
Se había percatado en esa etapa que este ámbito ofrecía una oportunidad de negocio hasta entonces no explorada. La idea era implementar un concepto que trascendiera la mera venta de productos dietéticos. Pretendía desarrollar un sistema exclusivo que contribuyera a la reeducación alimentaria transmitiendo correctos hábitos nutricionales para lograr la reducción y el control del peso, y una vez alcanzado el adecuado, mantenerlo gracias al asesoramiento de profesionales especializados.
En abril de 1992 sólo tenía una tienda en toda España. Concretamente, en Vitoria. Hoy, en cambio, cuenta con más de 2.100 en una treintena de países de todo el mundo. Su última aventura empresarial tiene nombre: los hoteles de salud. El primero de ellos es el Healthouse Las Dunas, en Estepona, muy cerca de Marbella.
El padre de esta compañía es un apasionado de lo que hace. «Si no, –explica– es imposible dedicarse en cuerpo y alma a ello». Dice que la vida es «un aprendizaje continuo». «Tengo 69 años y sigo aprendiendo cosas nuevas». Siempre insiste en que un empresario tiene que ser tenaz y laborioso, «lo suficientemente humilde para analizarse a sí mismo, detectar sus debilidades y saber rodearse de personas que puedan ayudar a aportar las fortalezas que le faltan, y, por supuesto, «saber delegar y hacer que todo el equipo tire del carro».
Se declara enemigo de las reuniones, «y mucho más de las largas porque, a la postre, son una pérdida de tiempo». «Prefiero el trato directo, mirando a los ojos de las personas». Cuenta que dejó Dietisa, cuando la adquirió la francesa Diete el Sante, «aunque me ofrecieron que continuara dirigiéndola, pregunté quién era el dueño y me respondieron que allí no había ninguno. Mi respuesta fue: ‘’Entonces, no me interesa’’. Necesito trabajar para alguien con cara y ojos. Ni me gustan las compañías dominadas por fondos de inversión ni los quiero para la mía».
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