Bolsa
Los estímulos de China no traen la calma a los mercados
Las bolsas europeas vuelven al terreno negativo y el Ibex pierde los 10.000 puntos tras caer un 1,29%. Shanghái tapona su sangría tras ceder sólo un 1,27% y acumula un desplome del 23% desde el jueves
Las bolsas europeas vuelven al terreno negativo y el Ibex pierde los 10.000 puntos tras caer un 1,29%. Shanghái tapona su sangría tras ceder sólo un 1,27% y acumula un desplome del 23% desde el jueves
Poco ha durado la alegría en las bolsas europeas, que un día más han sufrido las consecuencias de la crisis bursátil en China. Tras la jornada del martes, en la que los mercados rebotaron con fuerza tras varios días de descensos importantes, las pérdidas volvieron ayer a teñir de rojo los principales parqués. Eso sí, de una forma mucho más moderada. En cualquier caso, ni siquiera la batería de estímulos lanzada por Pekín hace dos días –con recorte de los tipos de interés incluido y constantes inyecciones de liquidez en el sistema bancario– han logrado traer la calma a los mercados, aunque sí parece que la hemorragia se ha taponado en parte.
Descensos moderados
Las caídas en las bolsas del Viejo Continente no superaron en ningún caso el 2%, siendo Milán la que mejor se comportó, y Londres, la que peor. El Ibex 35 perdió un 1,29%, dejando atrás el nivel de los 10.000 puntos. Así, con la prima de riesgo en 140 puntos básicos, el índice de referencia de la bolsa española bajó 130,90 puntos, hasta los 9.984,50 puntos. De esta forma, las pérdidas anuales se elevan al 2,87%. Desde el pasado jueves, cuando la crisis china comenzó a azotar a los mercados de todo el mundo, el Ibex acumula un descenso de más de 8%.
En el resto de Europa, Londres bajó un 1,68%; París, un 1,4%; Fráncfort, un 1,29%; y Milán, apenas un 0,81%. Por el contrario, Wall Street respondió con optimismo disparándose un 3,95%, aupado por un dato mejor del esperado sobre los pedidos de bienes duraderos a las fábricas de Estados Unidos.
En China, la situación fue muy similar a la experimentada en Europa. Las medidas anunciadas en los últimos días por el Banco Popular de China no consiguieron contener la caída de unas bolsas que ayer volvieron a cerrar con pérdidas, aunque con unos porcentajes más moderados.
El efecto tranquilizador que en otras ocasiones había acompañado a estas iniciativas apenas logró dominar los altibajos que se sucedieron a lo largo de la jornada en los parqués del gigante asiático. El índice general de Shanghái, principal indicador del país y que ya acumula desde el pasado jueves una caída del 23%, cerró la sesión con un descenso del 1,3% hasta los 2.927,29 puntos. Por su parte, la Bolsa de Shenzhén se dejó otro 3% y la de Hong Kong, que había ganado 40 puntos en la apertura, los perdió y retrocedió alrededor de un 1%.
En el resto de los mercados asiáticos las medidas tomadas por las autoridades chinas se dejaron notar y el Nikkei japonés aumentó un 3,2% al cierre de la sesión, con lo que puso fin a seis jornadas consecutivas en negativo. Lo mismo sucedió con el índice KOSPI de Seúl y el de Taipéi, que también dejaron atrás las pérdidas y cerraron la sesión en positivo con un aumento de un 2,57% y un 0,52%, respectivamente.
Sin embargo, la jornada de ayer, en la que el índice de Shanghái llegó a subir hasta un 4,3% y perder casi un 4% a lo largo de la sesión, volvió a poner de manifiesto la volatilidad de un mercado que no se contiene pese a las políticas impuestas desde Pekín. «La sensación predominante sigue siendo la de que los inversores quieren sacar su dinero independientemente de lo que haga el Gobierno», señaló Ronald Wan, director ejecutivo de Partners Capital International en Hong Kong. «La confianza ya está dañada. Las dudas sobre la eficacia de las políticas gubernamentales son cada vez mayores. El mercado se mantendrá bajo la presión de ventas una temporada», añadió.
Ante esa falta de confianza, el martes a última hora el Banco Popular chino trató de reavivar los mercados con el anuncio de la reducción en medio punto porcentual del coeficiente de reserva de capital exigido a los bancos del país, y el recorte en un cuarto de punto del tipo de interés de referencia para los préstamos. Sin embargo, muchos criticaron una medida que es la quinta vez que se repite en nueve meses y que, según algunos analistas, no ha logrado frenar la racha bajista de las bolsas. Además, el banco central chino realizó ayer una nueva inyección de liquidez en el sistema bancario del país, en este caso de 19.000 millones de euros, un día después de llevar a cabo otra inyección de 20.300 millones.
Hace dos semanas, Pekín también sorprendió con la devaluación de su moneda, el yuan, medida que tomó con la finalidad de permitir a los mercados jugar un papel más relevante en la cotización de su divisa. Desde entonces, muchos apuntan que, pese a que las autoridades confían en que se «mantendrá estable», esta iniciativa se ha tomado para sostener una economía –la segunda mayor del mundo– que está peor de lo que parece.
Dudas en la Fed
Mientras las dudas sobre la buena marcha del gigante asiático hacen temblar a los mercados, en Estados Unidos se enfría la posibilidad de una próxima subida de los tipos de interés. Así lo dejó ver ayer el presidente de la Reserva Federal de Nueva York y miembro de la Fed, William Dudley. Aunque había series opciones de que esa primera alza de los tipos desde el estallido de la crisis tuviese lugar en septiembre, parece que las turbulencias en los mercados hacen que esa decisión sea ahora «menos imperiosa».
El BCE actuará con firmeza si la crisis empeora
El economista jefe del Banco Central Europeo, Peter Praet, aseguró ayer que «no debería haber ambigüedad» en la disposición de la entidad para actuar en caso de que los objetivos de inflación se vean amenazados por la caída de los precios del petróleo o la incertidumbre sobre China. El miembro del Consejo de Gobierno del BCE admitió que se ha incrementado el riesgo de incumplir su objetivo de inflación, ante lo que se ha comprometido a acelerar las medidas contra la deflación y el programa de compra de activos para el bloque si es necesario. El banco ya había advertido de que los acontecimientos financieros en China podrían tener un impacto más adverso de lo esperado dado el papel destacado de Pekín en el comercio mundial. Las perspectivas de crecimiento de China han bajado de forma pronunciada en las últimas semanas, lo que potencialmente incrementa el riesgo para Europa.
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