El impacto de la revolución digital

El mundo digital ha puesto en manos del consumidor todo el poder de decisión y las empresas debemos adaptarnos, teniendo muy presente la importancia de comunicarnos con el cliente a través de los canales que ellos sientan más accesibles y cercanos. En esta línea, las compañías debemos realizar un esfuerzo por estar a la vanguardia en tecnología y diseñar nuevos canales que nos acerquen al cliente y a la sociedad. Y es que el mundo digital está cada vez más presente, tanto en la vida privada como profesional de las personas. En el ámbito empresarial, las nuevas tecnologías adquieren un lugar dominante y constituyen un auténtico valor añadido y una herramienta ineludible para desarrollar la actividad profesional y mejorar la interacción con nuestros clientes o potenciales clientes. El fenómeno digital ha cambiado numerosos procesos dentro de las empresas y la manera de comunicar e informar, pero sobre todo de interactuar. Saber gestionar de manera correcta las oportunidades y desafíos que supone la era digital para el crecimiento de las empresas es de suma importancia. La introducción del mundo digital en la empresa es también un reto organizativo, ya que la venta, la producción y el ritmo laboral de la empresa cambia radicalmente. Con ello la realidad empresarial pasa a ser otra. El cambio cultural y de adaptación que esto representa para las compañías es mayor que el factor económico. La empresa debe ser el laboratorio de la revolución digital porque las nuevas tecnologías contribuyen al crecimiento de las compañías y fomentan el avance hacia un modelo productivo más innovador, competitivo e internacionalizado. Con ello me viene a la cabeza la famosa frase de Steve Jobs: «La gente no sabe lo que quiere hasta que se lo enseñas». No obstante, aún queda mucho camino que recorrer ya que el panorama está lejos aún de mostrar el perfil de una economía digital. Es cierto, sin embargo, que en los últimos años, España ha sufrido una auténtica revolución digital que le ha llevado a ser el país de la Unión Europea con mayor número de usuarios conectados a la red, por delante incluso de otros, como Alemania, que cuentan con un PIB considerablemente superior. Los últimos datos manejados apuntan a que alrededor de 26,25millones de españoles acceden a internet con regularidad, convirtiéndose así en posibles clientes y reflejando la importancia que tiene el mundo digital para las diferentes compañías. Por todo ello nos debemos preguntar: ¿Estamos las empresas al nivel de los consumidores? No se trata de ser los más grandes; sino de saber adaptarse a los cambios y no perder los trenes que el desarrollo tecnológico pone a nuestro alcance. Tenemos que saber responder a nuestros clientes de hoy y también del futuro