Finanzas
España sufre el mayor frenazo de la UE
La OCDE destapa que nuestro país es el que menos crece entre los grandes de la economía europea, y registra ya diez meses consecutivos de caída libre en el Índice Compuesto de Indicadores Líderes.
La OCDE destapa que nuestro país es el que menos crece entre los grandes de la economía europea, y registra ya diez meses consecutivos de caída libre en el Índice Compuesto de Indicadores Líderes.
El ritmo de crecimiento de la economía española se está debilitando. Este anuncio sigue en línea con las perspectivas de desaceleración detectadas para el resto de las principales economías que integran la zona euro, así como para el conjunto mundial de países, según advirtió ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La lectura de octubre del Índice Compuesto de Indicadores Líderes (ICIL) para España volvió a mostrar una tendencia a la moderación del impulso de crecimiento, después de bajar desde los 99,2 puntos que registró en septiembre a los 98,9 en octubre. Este indicador, que se diseñó para anticipar los puntos de inflexión de la actividad económica en un periodo de seis a nueve meses, acumula diez caídas mensuales consecutivas en el caso de España, situándose en su nivel más bajo desde julio de 2013. De hecho, la caída mensual del dato para España, equivalente a un 0,25%, es la más pronunciada entre las grandes economías que conforman la OCDE.
Sin embargo, la bajada del 1,41%, registrada en términos interanuales, es inferior a la obtenida por Reino Unido y a la media de las economías europeas de la OCDE, con un 1,48% y un 1,91%, respectivamente.
Estos indicios de debilitamiento en el crecimiento de España son acordes y similares al dato correspondiente al conjunto de la eurozona, que se deterioró desde los 99,6 del mes de septiembre a los 99,5 puntos de octubre. Estas cifras no son un buen augurio para Europa, puesto que anticipan la desaceleración del crecimiento económico en la región, mientras que en la OCDE bajó a 99,4 puntos desde los 99,5 de septiembre, lo que corrobora la pérdida de impulso a nivel mundial y supone la peor lectura desde noviembre de 2012.
La OCDE, también conocida como el «club de los países desarollados», lleva alertando muchos meses a España del gran número de riesgos a los que se enfrenta de cara al futuro. Entre ellos, figura la incertidumbre política, reforzada por los Presupuestos Generales del Estado fallidos, y las turbulencias en los mercados internacionales, como la guerra comercial entre China y Estados Unidos, con la imposición de aranceles del 25% en cientos de categorías de productos, o los conflictos internos dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para regular la producción de crudo.
En noviembre, y por segunda vez consecutiva, la OCDE, con centro neurálgico en París, empeoró sus previsiones de crecimiento mundial en dos décimas, hasta el 3,5%. Ésta es una llamada a los países para pertrecharse de cara a los «tiempos más difíciles» que se aproximan, urgiendo a las naciones a estrechar los lazos comerciales para minimizar, en la medida de lo posible, el auge del proteccionismo. Precisamente, la economía estadounidense tampoco da garantías a la institución, ya que ofrece «signos tentativos de debilitamiento» tras perder una centésima, hasta los 99,7 puntos.
Entre las grandes economías emergentes, las conocidas como BRICS, se reiteraron los signos de un frenazo. En el caso de Brasil, su indicador se desprendió de 20 centésimas, para colocarse con 102,06 puntos. Rusia también registró un retroceso de 23 centésimas, situándose justo por debajo de la media, con 99,98 puntos.
El único país que puede presumir de no haber comenzado este frenazo anunciado es Japón. El gigante de la economía asiática subió una centesima, manteniendo las perspectivas de crecimiento estable, con 99,7 puntos.
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