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Hacer feliz al trabajador, la competencia de los directivos del siglo XXI

La mayoría de las veces hablamos de medidas que no cuestan dinero

La felicidad y la eficacia son el cóctel perfecto para lograr buenos resultados
La felicidad y la eficacia son el cóctel perfecto para lograr buenos resultadoslarazon

Cada vez más trabajadores valoran las «políticas de felicidad» a la hora de plantearse un cambio de empleo.

Se calcula que en España el coste de la infelicidad laboral asciende a 70.000 millones de euros al año, mientras que en Estados Unidos este montante alcanza los 500.000 millones de dólares, según una encuesta de Gallup. La mitad de los trabajadores españoles no es feliz en el trabajo, sólo lo es un 30% aproximadamente, mientras que a nivel mundial uno de cada ocho sí lo es. Interesarse por el bienestar de los empleados no es un tema menor. El no hacerlo puede conducir a una reducción de la producción del 20%, mientras que sí hacerlo puede elevarla un 20%. Así lo explica Juan Carlos Maestro, creador del concepto de la «Felicacia», una combinación de la felicidad y la eficacia, el «cóctel perfecto» para que las más de 60.000 horas de media que trabajamos a lo largo de nuestra vida, sean lo más gratas y productivas posibles. «Planteo la “Felicacia” como un modelo de gestión, no como una palabra bonita. Va más allá de la simple felicidad en el trabajo, también incluye la productividad o eficacia en el trabajo. No es una utopía, ese equilibrio se puede encontrar», explica Maestro. No podemos hacer a los jefes responsables de la felicidad de los empleados, pero los directivos pueden hacer mucho por mejorar el clima laboral de la empresa. Es por eso que Juan Carlos Maestro cree que la «Felicacia» debería formar parte de las competencias de los directivos del siglo XXI. Sólo un 20% de los directivos está preparado para hacer feliz a sus trabajadores. Pero no es una cuestión de formación sino de actitud, opina Juan Carlos Cubiero, «Head of Talent» de ManpowerGroup. «La felicidad se contagia, por lo que si el director general es una persona feliz hará feliz a la gente».

A pesar de haber avanzado en «políticas de felicidad» todavía estamos a años de luz en cuanto a la gestión de las personas, apunta Margarita Álvarez, directora de Marketing y Comunicación de Adecco. Por lo general, los españoles somos razonablemente optimistas en el trabajo y en la vida y, sin embargo, sólo un 10,7% de los trabajadores considera que las empresas están incluyendo medidas relacionadas con la felicidad laboral de sus empleados, según la VI Encuesta Adecco «La felicidad en el trabajo».

La mitad de los consultados considera un aspecto fundamental a la hora de buscar trabajo este tipo de políticas. Margarita Álvarez opina que «no es un tema de inversión, sino de sensibilidad y foco. La mayoría de las veces hablamos de medidas que no cuestan dinero, como procurar un buen ambiente de trabajo o contar con líderes que aprecien a las personas. La felicidad sólo depende de nosotros, pero las empresas tienen que poner en marcha políticas para que nada nos reste esa felicidad».

¿Son más felices los trabajadores o los directivos? Según el estudio demoscópico para el 75,4% de los empleados, la responsabilidad de un mayor cargo y el salario que conlleva no son sinónimos de mayor felicidad laboral si no están respaldados por otros factores mejor valorados. En opinión de Alfonso Jiménez, socio director de People Matters, «podría decirse que los jefes tienen más control de lo que hacen y, en este sentido, pueden estar más satisfechos con su actividad profesional. En los estudios de opinión se muestra que en los niveles superiores hay más compromiso y satisfacción con el proyecto».