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Implicaciones de la devaluación china
La caída de los precios de las materias primas, la deflación y las devaluaciones en muchos países emergentes están pasando factura a la economía china. Las devaluaciones de la moneda china de esta semana son muestra de que algo preocupante está sucediendo en la economía del gigante asiático. Puede que los gobernantes chinos estén entrando en pánico porque su economía se está ralentizando y la realidad sea que no crece al 7% como ellos aseguran.
China está teniendo un problema con sus exportaciones, dado que su moneda se ha apreciado mucho frente al dólar en los últimos tiempos. A la vez, se está encontrando con otros competidores asiáticos cuyas monedas han perdido mucho valor por la amenaza de huida de capitales con la próxima subida de los tipos de interés en Estados Unidos.
El modelo de crecimiento chino ha estado basado últimamente en invertir por parte del Gobierno en empresas públicas e inundarlas de deuda. Como consecuencia, el endeudamiento chino alcanza ya el 250% del PIB y empieza a resultar peligroso.
El consumo chino no está tirando como se esperaba. Noventa millones de ciudadanos chinos se han lanzado a invertir en bolsa y las bolsas están cayendo, generando un cierto pánico. El sector inmobiliario está frenándose y la construcción, también.
El Gobierno chino necesita paz social y para eso requiere que las empresas puedan exportar y, como consecuencia, crear puestos de trabajo. El peaje que paga con una devaluación es que los chinos son más pobres y nosotros lo sentiremos con la llegada de menos turistas y todavía más productos chinos.
Esta devaluación frente al dólar no es especialmente relevante por su volumen, pero sí por el mensaje que transmite de debilidad económica. En realidad, forma parte de un paquete global de acciones como la bajada de los tipos de interés, la entrega de más dinero a los bancos para que presten y los intentos del Gobierno de sostener las bolsas china para evitar que corra el pánico entre los inversores particulares.
La devaluación de China encontrará respuesta en otros países, que bajarán el precio de sus monedas. Estamos en una guerra de divisas en la que los estados luchan por ganar competitividad a través de devaluaciones de sus monedas. En España no podemos hacerlo porque estamos vinculados a Alemania, que es un país super competitivo, y los alemanes marcan el precio del euro. Como consecuencia, nuestra devaluación seguirá siendo interna. Desafortunadamente, la manera de mantener la competitividad será a través de la congelación o reducción de los salarios de los trabajadores.
En la situación actual de ralentización de la economía mundial, el mundo se está haciendo más hostil hacia el libre comercio y los países tienden al proteccionismo, cerrando las fronteras e incrementando los aranceles.
*Presidente del Grupo OnetoOne Corporate Finance
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