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Energía nuclear

La central de Garoña, pendiente del debate sobre la tasa nuclear

La central nuclear de Garoña (Burgos)
La central nuclear de Garoña (Burgos)larazon

El Pleno de la Cámara baja debatirá el próximo jueves las enmiendas del Senado sobre el proyecto de ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, que establece nuevas tasas sobre el combustible nuclear y que puede condicionar el futuro de la central nuclear de Garoña (Burgos). De la modificación o anulación de estos impuestos –según los propietarios de Garoña– dependerá el cese definitivo de la actividad de su planta, que a las 23:00 horas de ayer comenzó la parada programada de su reactor.

El paso inicial será bajar la potencia del reactor, un proceso que se prolongará entre cuatro y cinco horas (la parada completa del reactor durará más tiempo).

El proyecto de ley que el Congreso de los Diputados estudiará el próximo día 20 contempla el llamado impuesto sobre «la producción de combustible nuclear gastado y residuos radiactivos resultantes de la generación de energía nucleoeléctrica».

Los propietarios de Garoña, Nuclenor (propiedad al 50% de Endesa e Iberdrola) insisten en que la planta no cierra por razones técnicas ni políticas, sino económicas, al no poder soportar dicha nueva tasa y que, salvo cambios, supondría el pago de 153 millones de euros al año si se encuentra operando el 1 de enero de 2013. Según Nuclenor, Garoña continuaría operando si se anula el gravamen.

Garoña, la nuclear más antigua y pequeña del país, posee uno de los ocho reactores que operan en España, junto con Almaraz I y II, Ascó I y II, Cofrentes, Trillo I y Vandellós II.

La planta de José Cabrera, más conocida como Zorita, cesó su actividad el 30 de abril de 2006, y Vandellós I se desmanteló entre 1998 y 2003 tras sufrir un incendio (el accidente nuclear más grave ocurrido en el país).