Alemania
La huelga de maquinistas paraliza trenes de pasajeros y de mercancías en Alemania
Los maquinistas de tren de Alemania iniciaron hoy la que se prevé la huelga más larga de su historia, de seis días, que afecta tanto a los ferrocarriles de pasajeros como de mercancías y que se calcula generará cuantiosas pérdidas en la industria del país.
Los paros masivos en los servicios de pasajeros arrancaron a las 2.00 hora local y causaron la suspensión de dos tercios de los trenes de cercanías y largo recorrido, lo que se calcula afectará a unos 30 millones de pasajeros, informa Efecom
La huelga había arrancado el lunes con paros en los servicios de mercancías, que, según cálculos de la gran industria, causarán pérdidas de hasta 500 millones de euros y alterarán la producción en sectores más dependientes de los suministros de componentes, como el automotor.
La dirección de la compañía, Deutsche Bahn (DB), calcula en unos 100 millones de euros diarios las pérdidas que le acarreará la huelga, la octava del colectivo de maquinistas, integrado por unos 30.000 trabajadores de sus 300.000 empleados.
El sindicato de maquinistas, la GDL, había demostrado ya en las anteriores tandas de paros su capacidad para paralizar el transporte ferroviario, desde su posición de sectorial minoritaria.
La convocatoria de los seis días de huelga agudiza el pulso entre la GDL y la dirección de la DB, que más allá de las reivindicaciones salariales se ha convertido en una prueba de fuerza para los maquinistas.
Este colectivo reclama un incremento salarial del 5 %, la reducción de su semana laboral a 38 horas, una menos, así como la limitación de las horas extras.
La compañía ha ofrecido un aumento gradual que arrancaría el 1 de julio con un 4 % y se situaría en los meses siguientes en el 4,7 %, así como una prima o pago único de mil en junio.
El gran punto de fricción no son estos incrementos, sino el hecho de que este colectivo pretende ampliar su convenio a los revisores y resto de personal de a bordo, que hasta ahora perciben salarios muy inferiores.
Con ello se propone ganar afiliados y evitar la pérdida de poder que conllevará, de materializarse, un proyecto de ley del gobierno de Angela Merkel que pretende limitar la capacidad de los sindicatos pequeños para establecer sus propios convenios.
El objetivo del proyecto es justamente impedir que conflictos en colectivos minoritarios -como el que mantienen abierto los pilotos de Lufthansa o el de los maquinistas- colapsen el tráfico aéreo o terrestre de todo el país.
Ello ha agudizado el conflicto en la GDL y la virulencia en sus acciones y en las declaraciones de su líder, Klaus Weselsky.
La prensa popular alemana achaca a un presunto exceso de personalismo de Weselsky una huelga que la patronal y la política tachan de desproporcionada, por las incomodidades que comporta a millones de pasajeros y las pérdidas generadas en la industria.
El vicecanciller y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, ha advertido a la GDL de las consecuencias que los paros para la industria, con una dureza insólita tratándose, además, del líder del Partido Socialdemócrata (SPD), tradicional aliado de los sindicatos.
Merkel ha incidido en la cuestión al abogar por recurrir a un arbitraje entre la patronal y el sindicato e instar a ambas partes a poner fin "cuanto antes"al conflicto laboral.
Mientras crece la presión de la opinión pública y el ámbito político sobre la GDL, la patronal se propone presentar mañana una nueva oferta "para pacificar la situación", anunció el presidente de DB, Rüdiger Grube, al diario popular "Bild", sin concretar detalles.
Cabe recordar que la anterior ronda de huelgas de GDL, en noviembre, fue más corta de lo anunciado en atención a los intereses de los ciudadanos y coincidiendo con los actos del 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín. EFECOM
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