La losa de la energía

Durante los años del «boom» económico en España, en lugar de atajar el déficit de tarifa y aprovechar la situación de abundancia para adaptar los precios de la energía a la realidad del mercado, se hizo lo contrario. Se contuvieron los precios y se acumularon casi 30.000 millones de deuda. Cada año que se subvenciona la tarifa eléctrica, sube el déficit y la deuda del Estado. Ahora nos encontramos con que Bruselas no permite más déficit, por lo que el Gobierno se ve obligado a poner freno al desmadre.

En España hay un claro exceso de capacidad energética instalada. Ya sobraba capacidad por todos los lados cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero tomó la decisión de convertirnos en líderes mundiales en energías limpias y decidió utilizar el dinero de los españoles para dar subvenciones desproporcionadas a todo tipo de energías verdes. Era de tal calibre el chollo para los inversores que desde el mundo entero acudieron fondos de inversión al reclamo de tamaña oportunidad. Para colmo de despropósitos, según las reglas europeas, las energías renovables tienen preferencia de despacho. A pesar de ser las más caras, son las que entran primero en la oferta.

En España acumulamos una deuda eléctrica de 28.000 millones de euros que, por el momento, está costándonos en intereses a los contribuyentes 1.700 millones de euros al año. Evidentemente, el déficit de tarifa lo vamos a pagar los españoles. Como a perro flaco todo son pulgas, las empresas industriales de nuestro país se encuentran junto una dura etapa de caída de la demanda con el aumento del precio de la energía, otro obstáculo para su competitividad en los mercados internacionales. Los excesos se pagan.

Consejero delegado de ONEtoONE Corporate Finance