Brasil

«Las pymes han descubierto que exportar no es sólo propio de las multinacionales»

Simón Reyes Martínez-Córdova, director general de Esic y Francisco Javier Larrea Pascual, secretario general de Esic
Simón Reyes Martínez-Córdova, director general de Esic y Francisco Javier Larrea Pascual, secretario general de Esiclarazon

Esic cumple 50 años de vida. A lo largo de este tiempo, ha logrado convertirse en la escuela de negocios española líder en marketing y gestión empresarial. Simón Reyes Martínez-Córdova (S.R.M-C.) y Francisco Javier Larrea (F.J.L.), miembros de la Congregación Religiosa de los Sacerdotes del Corazón de Jesús, han sido decisivos en esta «historia de éxito». Más de 50.000 antiguos alumnos han pasado en este medio siglo por sus 12 campus, 10 en España y dos en Brasil.

– ¿Cómo surgió la idea de crear un centro de estas características en un momento en el que apenas se sabía en España qué era una escuela de negocios?

– S.R.M-C. En los años 60, cuando la economía española empieza a despegar, surgen varias escuelas. Curiosamente, el «management» y el marketing llegan a España a través de instituciones vinculadas a la Iglesia. Tuvieron un gran interés por «importar» los conceptos y técnicas de la empresa moderna. De las 11 grandes que integran la Asociación Española de Escuelas de Dirección de Empresas (Aeede), siete son de carácter eclesiástico.

– F.J.L. La nuestra surge a petición de un grupo de padres de un colegio que nuestra institución regenta en el barrio de Arguëlles. Plantean a los responsables del Fray Luis de León la posibilidad de que la Congregación montase un centro académico dedicado a formar a titulados superiores e ingenieros en el área comercial. Se vio con buenos ojos y, pronto, se puso en marcha. Los inicios no fueron fáciles, lo que obligó a hacer diversos replanteamientos hasta que se dio con la fórmula idónea.

– ¿Qué les llevó a especializarla en una materia completamente nueva como el marketing?

- S.R.M-C. Fue fruto de una visión sagaz, ya que entonces era una materia completamente desconocida. Ni siquiera se barajaba la palabra. A veces, se hablaba algo de mercadotecnia. El marketing es mucho más que una técnica de comunicación, es una manera diferente de entender la empresa, con una clara orientación al cliente y a la sociedad más que a su rendimiento económico. Esta apuesta era todo un adelanto en ese momento, ya que las producciones eran cortas y estaban vendidas de antemano. Era el caso por ejemplo de los «Seiscientos» de Seat. Para conseguir uno había que tener muchas recomendaciones.

– ¿Se consideran unos visionarios?

– F.J.L. Más o menos.

– S.R.M-C. Fue una intuición clave. Desarrollamos una carrera de cinco cursos de la que nuestros alumnos salían con una buena formación en empresariales y marketing.

– F.J.L. Al principio, se llamaba Dirección de Ventas y Marketing. Era una escuela cuyos títulos no tenían ningún reconocimiento oficial. Hemos estado 40 años trabajando en solitario sin poder homologarlos.

– ¿A qué se debe que en España las escuelas de negocios gocen de tanto prestigio nacional e internacional, mientras que nuestras universidades no aparezcan en los principales ranking?

– F.J.L. Desde el principio, aunque unas más que otras, siempre han sido proclives al ranking, lo que ha fomentado la cultura de la competitividad, que apenas existía hasta ahora en la Universidad española. Luego, la libertad de cada escuela para hacer lo que creyera oportuno en todos los sentidos ha sido decisiva, ya que permitía una adaptación constante de sus programas y planes de estudio a las necesidades de la sociedad y a unos mercados en constante evolución.

– S.R.M-C. La fundación de Aeede hace 24 años fue crucial, ya que se establecieron unos altos estándares de calidad y exigencia que elevaron el nivel e infundieron en todas las escuelas un afán de superación muy grande. Esa evaluación continua que implican los rankings nos lleva a todos a tener un afán continuo por mejorar. Además, como estamos sometidos a la ley de la oferta y la demanda, los alumnos nos están valorando continuamente.

– ¿Cómo han conseguido que, en estos tiempos de tantos cambios, la escuela haya ido un paso por delante?

– S.R.M-C. La nuestra es una historia de éxito porque nacimos y crecimos muy cerca de la empresa. El profesorado, además de muy bien preparado intelectualmente, sobresale por su gran experiencia profesional. Así se explica, por ejemplo, que esta escuela empezara a hablar de comercio electrónico y marketing directo hace 21 años. Pudimos adelantarnos porque hemos estado muy atentos a lo que ocurría tanto dentro como fuera de España.

– F.J.L. En 1970 fundamos la primera revista especializada en marketing, en la que se han recogido todos los avances y donde han firmado los expertos más sobresalientes. También tenemos una editorial con 150 títulos vivos en los que se recogen las tendencias y novedades. La mayor parte de los catedráticos españoles de esta materia ha tenido alguna relación con nuestra escuela.

– En este medio siglo han sido testigos del cambio de la empresa en España. ¿Hacia dónde evoluciona?

– S.R.M-C. La crisis le ha venido muy bien para desperezarse y cruzar las fronteras. Las pymes se han convencido de que exportar no es sólo cosa de las multinacionales. Además, cuidan más a su personal y están volcadas en descubrir y retener talento. También están apostando más por la innovación.

– ¿Cómo valoran al empresario español?

– J.L.L. Como un jabato.

– S.R.M-C. Es emprendedor e imaginativo, y tiene mucho olfato. Hay empresas familiares ejemplares por el esfuerzo que han tenido que hacer para resistir. Otros, sin embargo, han dejado de pelear y han hecho caja en cuanto han podido.

– ¿Falta ética en el mundo de los negocios?

– F.J.L. Bastante.

– S.R.M-C. Desde su fundación, los programas de Esic cuentan con dos asignaturas obligatorias: Deontología Comercial y Doctrina Social de la Iglesia. Obviamente, no basta con impartir estas materias. ¿Qué valores transmitimos? ¿Cuánto les cobramos a los alumnos? Tenemos un gran desafío.