El desafío independentista

Los disturbios en Cataluña dejan una factura de 7,3 millones sólo en destrozos de infraestructuras

Ábalos lamenta otros no cuantificados como las oportunidades perdidas o las incidencias en el empleo

Varios manifestantes protestan en Barcelona
Varios manifestantes protestan en Barcelonalarazon

Ábalos lamenta otros no cuantificados como las oportunidades perdidas o las incidencias en el empleo.

Los disturbios vividos la semana pasada en Cataluña, y especialmente en Barcelona, no han salido gratis. Según el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, la factura que han dejado los actos vandálicos protagonizados por los jóvenes secesionistas radicales han tenido un coste de unos 7,3 millones de euros en destrozos en aeropuertos, carreteras y trenes.

A esta cantidad habría que sumar otras no cuantificadas como las incidencias en el empleo o los costes de oportunidad perdidos, según ha explicado Ábalos en el foro "El Ágora", organizado por el diario económico "El Economista".

En un informe del departamento dirigido por Abalos al que ha tenido acceso Servimedia, se estima que los pasajeros afectados superan ya los 190.000. Estos pasajeros han sufrido 166 cancelaciones de vuelos, 243 de trenes y de cuatro escalas de cruceros, además de los retrasos generados por los cortes en las infraestructuras.

Por ello, el informe señala que las incidencias que se están produciendo dentro de Cataluña en la red de infraestructuras y los servicios de transporte, más allá de otras cuestiones que son difíciles de valorar (por ejemplo, imagen exterior), tienen una afección directa muy relevante tanto a los usuarios como en su vertiente económica.

En cuanto a la vertiente económica, detalla que los costes derivados de las reparaciones motivadas por actos vandálicos superan los 2,1 millones de euros, de los que 1,2 millones se han perdido en el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, especialmente en las instalaciones del aparcamiento.

Además, se han provocado pérdidas por valor de cerca de 600.000 euros en la infraestructura ferroviaria y de más de 360.000 euros en carreteras y autopistas.

Sobre el resto de pérdidas, Fomento estima que, como consecuencia de los compromisos de servicio y puntualidad en materia ferroviaria, Renfe tendrá que hacer frente a más de 1,2 millones de euros en indemnizaciones.

Por último, calcula pérdidas de casi cuatro millones de euros por ingresos que no se han producido por parte de las empresas del Grupo como Adif, Renfe, Puertos del Estado, Aena y Enaire.

Más allá de los daños materiales ocasionados, al Gobierno le preocupa también que la imagen transmitida por Barcelona la semana pasada pueda tener una incidencia negativa en la inversión y el turismo. De hecho, ayer, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, aseguró que “la situación social catalana no atrae ni inversión ni turismo”. En una visita a la fábrica de Isover de Azuqueca de Henares (Guadalajara), Valerio no dudó en afirmar que “la estabilidad política y social son absolutamente fundamentales para invertir en un territorio. Y evidentemente lo que está pasando en estos momentos no es bueno ni para Cataluña ni para el resto de España”.

Según explicó a la agencia Efe, todo lo que sean alteraciones del orden público y perturbaciones no ayudan a la economía, como a su modo de ver ya se vio a raíz del 1 de octubre, "cuando hubo empresas que decidieron cambiar su sede social fuera de Cataluña", por lo que ha insistido en que "desde luego, lo que está ocurriendo no sirve ni para atraer empresas ni tampoco el turismo".

Los precedentes económicos tras lo ocurrido en 2017 tras el 1-O no invitan al optimismo. Sólo el sector turístico perdió más de 300 millones de euros por la cancelación de reservas y la caída de visitantes. Fuentes empresariales calculan que el coste total del nuevo desafío secesionista podría irse por encima de los 600 millones de euros.