Rajoy cumple su programa: menos impuestos y menos parados

Eleva la previsión de crecimiento para España cuatro décimas, hasta el 3,3%. Aprobará los Presupuestos antes de acabar la legislatura, que prevé agotar

Con las buenas cifras del paro del mes de junio como aperitivo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siguió ayer sembrando de buenas noticias económicas la precampaña electoral que ya está en marcha. El Gobierno revisará en los próximos días al alza las previsiones de crecimiento para situar el incremento del Producto Interior Bruto (PIB) en el 3,3 por ciento para este ejercicio, frente al 2,9 por ciento de la última revisión realizada. La cifra de crecimiento de 2016 la eleva del 2,9 por ciento, también fijado inicialmente, al 3 por ciento. El presidente anunció, asimismo, que tiene previsto adelantar al 1 de julio de este año la rebaja adicional del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) planificada para el próximo año, lo que implica un ahorro extraordinario para los contribuyentes que alcanzará los 1.500 millones de euros. Todos los contribuyentes notarán ya en su nómina de julio esta nueva reducción del impuesto, pareja a la que ya se aplicó en enero de este año cuando entró en vigor el primer ajuste a la baja del IRPF aprobado en esta Legislatura, según puntualizó el presidente del Gobierno durante su intervención en un acto organizado por el diario «Expansión» con motivo de su 29 aniversario. El tipo mínimo pasará al 19 por ciento y el máximo se quedará en el 45 por ciento.

La política fiscal ha sido uno de los asuntos que más ha desgastado al PP entre sus votantes más tradicionales. Y las rebajas fiscales están entre las medidas que permite la nueva coyuntura económica y que miran más directamente a la bolsa de votantes en la abstención que los populares tienen que dar la vuelta para disputar con más posibilidades las elecciones generales. En medios populares se palpa la preocupación por que en esos comicios por primera vez se rompa el principio de que en unas generales siempre gobierne la lista más votada. La hipótesis de que puedan ganar y no gobernar figura esta vez entre las que manejan para diseñar la estrategia, con las consecuencias que de ello se derivan en su discurso, propuestas y movilización interna.

Rajoy también anunció ayer que los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016 no sólo serán presentados por parte del Ejecutivo, sino que se tramitarán parlamentaria. Esto les obligará a intensificar el trabajo parlamentario para que dé tiempo a que queden bendecidos por las Cortes Generales antes de su disolución. Cuando se convoquen las elecciones estarán ya aprobados. Justo la situación inversa a la que se dio en 2011, cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero anticipó las elecciones y evitó elaborar hasta un borrador de Presupuestos, que tendría que haber estado marcado por un durísimo ajuste del gasto público. El nuevo Gobierno salido de las urnas tuvo que meterse en faena a toda prisa en el mes de enero para aprobarlos cuanto antes y evitar la parálisis de la Administración en una situación de urgencia económica máxima como la que atravesaba España en aquellos momentos.

El Gobierno justifica ahora esta decisión de sacar los PGE, criticada por la oposición, en que es una medida que dará seguridad a los agentes económicos, a los mercados y a los españoles. Con ella el Gobierno quiere trasladar, además, la sensación de que sigue gobernando hasta el final de la Legislatura, y los Presupuestos le servirán también de plataforma con la que dar más credibilidad a un programa electoral que pivotará sobre una sólida agenda social que tomará carrerilla en esta recta final de Legislatura. La rebaja del IRPF es una muestra de ello. En la Conferencia Política que el PP celebrará en Madrid el 10 y el 11 de julio empezarán a avanzar ya ejes de su oferta electoral en economía, política social y empleo, educación, Administración Pública o regeneración democrática.

En su intervención en el acto del diario «Expansión» el presidente del Gobierno ligó la evolución económica con la situación política y con la amenaza que, según subrayó, representa la alianza del PSOE y de Podemos para el futuro económico de España. Ante el «mantra» del «cambio» que predica la izquierda, Rajoy defendió que el «cambio» lo representa su partido porque es el único que puede garantizar que nadie frene el mayor ciclo expansivo de la historia que tiene por delante nuestro país.

«El cambio urgente es el que se produjo con la victoria del PP en 2011. Ese día empezaron a cambiar las cosas en España», manifestó.

Rajoy cargó con dureza contra los partidos emergentes, al acusarlos de haber mostrado ya la «verdadera cara» que escondían detrás del eslogan de la «nueva política». «La del sectarismo, la ineficacia y los abusos de siempre», incidió el jefe del Ejecutivo. Insistentemente Rajoy volvió al mensaje sobre el riesgo de que lo avanzado hasta ahora con la política de su Gobierno se eche a perder si se para su proyecto reformista.

«Pararse es tanto como retroceder y perder el terreno conquistado. El desafío es consolidar el modelo que se ha puesto en marcha y extender sus beneficios al mayor número de compatriotas». El presidente centró su mensaje en la economía, pero de manera colateral también admitió que ha tomado nota del mensaje que le han trasladado los españoles con la pérdida de apoyos en las urnas:«Quieren que hagamos las cosas mejor, que seamos más contundentes contra la corrupción, más sensibles ante los problemas de exclusión y desigualdad y más humildes con las quejas».

puntos de la tasa de abandono escolar"o el "aumento muy claro, notorio y palpable del número de estudiantes de Formación Profesional".