OTAN
Reino Unido blinda los cerca de 50.000 millones que gasta en defensa
El Brexit obligará a los países europeos a aumentar su inversión militar
Los británicos aportan a la OTAN el 2,21% de su PIB. Es uno de los únicos cuatro países europeos que cumplen con el compromiso adquirido.
Reino Unido es, actualmente, uno de los cuatro únicos países europeos que cumplen con el compromiso de gastos en la OTAN. Y su contribución es mucho mayor que la del resto. Según el último informe de la Alianza Atlántica, los británicos gastan el 2,21% de su PIB. O lo que es lo mismo, unos 50.000 millones de euros –teniendo en cuenta que el PIB británico es, aplicando un tipo de cambio de 1,17 euros por libra, de 2,18 billones de euros–.
Aunque el Brexit constituya un importante desafío en todos los niveles, Reino Unido quiere seguir constituyendo una piedra angular del bloque. Es más, la premier británica, Theresa May, ya ha trasladado al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber, el compromiso de su país. Los británicos continúan siendo un aliado vital e imprescindible en la defensa de Europa, tanto por su potencia militar como por ser un elemento clave del vínculo transatlántico.
La dimisión de Ivan Rogers como embajador de Reino Unido ante la UE aúpa las pretensiones de los partidarios de la ruptura total con Bruselas, pero la salida de los británicos de la OTAN no se contempla. En cuanto a la posición de los británicos en la Alianza, dado que la posibilidad de una mayor integración política con Europa ha desaparecido, es probable que Londres siga muy de cerca la política de Washington. Ello significa, por una parte, reafirmar su compromiso con la OTAN, pero también exigir un mayor esfuerzo a los restantes miembros. «Serán tiempos muy interesantes en la Alianza, pero no veo peligrar ni su integridad ni su estabilidad», remarca Sebastián Puig.
Por su parte, Jesús Manuel Pérez, analista de Seguridad y Defensa, sostiene que Reino Unido siempre priorizó la OTAN y el vínculo atlántico, aunque los políticos británicos nunca mostraran mucha fe en la UE como organización de defensa, que debe entenderse en un sentido amplio ante amenazas como el terrorismo yihadista o la ciberseguridad, imposibles de combatir en solitario. Por tanto, «hay dimensiones de la seguridad británica que requieren de la cooperación de los vecinos europeos. Si el Brexit se ejecuta totalmente, se intentarán crear nuevos mecanismos ‘‘ad hoc’’ para mantener el vínculo de Reino Unido con la UE en materia de seguridad y defensa».
El Brexit puede concebirse como un mazazo para la integración europea, pero en asuntos relacionados con la seguridad y defensa, los estados miembro parecen dispuestos a asumir más responsabilidades. Mientras tanto, Alemania y Francia están preparadas para liderar el bloque, validar un fondo multimillonario para gastar más e incrementar la coordinación en las operaciones militares con la OTAN. Y si desde Londres se habían opuesto a todo ello, parece que May ha levantado el veto.
El divorcio entre Londres y Bruselas impactará en los recursos financieros europeos, incluyendo la Política Común de Seguridad y Defensa (CSDP). La UE pierde un importante contribuyente. Y la pérdida necesita compensarse con mayores contribuciones del resto de miembros o con reducciones del gasto.
La salida de Reino Unido de la UE obligará a los países europeos a aumentar su inversión en defensa y a reforzar la integración por parte de los restantes estados miembros (especialmente Francia, Alemania e Italia), lo que requiere una clara voluntad política para asegurar contribuciones adicionales, «algo todavía incierto teniendo en cuenta el actual entorno político y económico», asegura Puig.
Potencia militar
«Si retiramos a Reino Unido de la suma de fuerzas armadas europeas, la defensa de Europa se queda muy limitada o desnuda en importantes capacidades estratégicas». Pérez revela que no hay en el Viejo Continente aviones como los RC-135 de inteligencia electrónica o los Raytheon Sentinel de vigilancia del campo de batalla con los que cuentan los británicos. Asimismo, sólo Reino Unido tiene aviones de transporte estratégico capaces de cargar un carro de combate (los C-17) y, junto a Francia, aviones de alerta temprana y mando aéreo tipo AWACS. Otra de las diferencias entre UK y los países europeos es que sus gobiernos sí han estado dispuestos a emplear la fuerza en misiones internacionales en primera línea. Pérez destaca que sus fuerzas armadas han llevado a cabo misiones de combate, tienen experiencia real y han tenido bajas, lo que ha sido asumido por su sociedad. Es decir, «no es un país que llegado el caso de usar sus fuerzas armadas en un esfuerzo colectivo ponga excusas, asuma misiones secundarias y haga un aporte mínimo para salvar la cara».
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