Empleo
Un «parche» para combatir el paro juvenil
El 34,7% de la población española joven tiene un nivel máximo de ESO, la media de la UE se sitúa en el 16,5%
Los jóvenes siguen siendo los mayores demandantes de empleo en esta época. La campaña de verano favorece su contratación porque sus sueldos suelen ser inferiores.
Si bien es cierto que buena parte de las contrataciones que se realizarán durante los próximos meses servirá para atajar la todavía desmedida cifra de paro juvenil, Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, considera que no será más que un parche, porque «sólo se creará empleo poco cualificado y de poca duración». Y a la hora de justificar los motivos por los que la campaña de verano favorece la contratación de jóvenes, señala que los sueldos que se les paga a quienes conforman este colectivo suelen ser inferiores al de los profesionales experimentados. En este sentido, puntualiza que en verano se demandan muchos puestos de trabajo que no requieren cualificación, para momentos puntuales donde el valor fundamental a la hora de contratar es el salario. De igual modo, apostilla que «no debemos olvidar que en el sector turístico el dominio de idiomas es importante. Y, en general, los jóvenes suelen tener esta competencia mucho más desarrollada».
Los jóvenes siguen siendo uno de los mayores demandantes de empleo en esta época del año. Sobre todo, aquellos estudiantes que aprovechan para buscar una fuente de ingresos extra. Sin embargo, otros colectivos –como los parados de larga duración y las amas de casa– comenzaron a intensificar su búsqueda en los meses previos al verano «porque entienden que puede suponer una oportunidad para volver al mercado laboral», señalan desde Adecco.
Entre todos los países de la Unión Europea, España tiene el mayor porcentaje de población joven con un nivel educativo máximo de enseñanza secundaria obligatoria. No obstante, desde hace varios años las estrategias educativas de los miembros comunitarios se encuentran encaminadas a mejorar la preparación de este colectivo para contribuir a la sociedad del conocimiento. La apuesta consiste tanto en incrementar la proporción de universitarios y de alumnos de Formación Profesional como en reducir el porcentaje de población que, como máximo, cuente con el título de la ESO.
Mientras que el 34,7% de la población española joven tiene un nivel máximo de educación secundaria, la media de la UE se sitúa en el 16,5%. Y esa importante diferencia es uno de los motivos que explican que la tasa de paro juvenil en España sea, aproximadamente, el doble de la media europea. De los datos de la EPA se desprende que en torno al 10% de los desempleados nunca ha trabajado y que el 80% de ellos tiene menos de 30 años, lo que provoca consecuencias funestas. Almudena Semur, coordinadora del Servicio de Estudios del IEE, recuerda que existe cierto consenso en que una de las causas que dificulta el acceso al mercado laboral es la ausencia de una experiencia práctica desarrollada en un entorno productivo real, como también hay un gran desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo, motivado en parte por la brecha formativa y de especialización de nuestro mercado laboral actual.
La tasa de paro juvenil, al cierre del primer trimestre del año, se situó en el 41,6%, casi cinco puntos por debajo de la de 2016, y lejos del 53,2% que se registró en 2014. Al margen de que el Gobierno planteará una ayuda de 430 euros mensuales para menores de 30 años que suscriban un contrato de formación y aprendizaje, la tasa de paro juvenil ha descendido un 15% desde la recuperación, por lo que actualmente hay 502.700 jóvenes menos en paro que en 2011. Semur puntualiza que el paro juvenil no es un problema no es exclusivo de España, ya que «otros países europeos presentan un problema similar con menor o mayor intensidad. La dificultad de la inserción laboral de los jóvenes españoles es similar a la de los jóvenes europeos», agrega.
Por su parte, Martínez asegura que el paro juvenil, junto a los parados de larga duración, es el principal «cáncer» del mercado laboral español. Y es que estos dos colectivos suponen prácticamente la mitad de los desempleados en España. Además, en la mayoría de las ocasiones, se trata de perfiles que no tienen competencias profesionales demandadas por las empresas, lo que obliga a trabajar intensamente en su formación.
Cerca de 600.000 jóvenes en España no tienen trabajo. Asimismo, el 56% de los menores de 30 años tiene un contrato temporal, un porcentaje que se eleva hasta el 73% para los menores de 25 años. Es decir, «no sólo es un problema de tasa de desempleo, sino también de la calidad del mismo», remarca Martínez.
Cuatro razones
Que la tasa de paro juvenil en España sea, aproximadamente, el doble de la media europea se debe a varios motivos. Y, entre ellos, Martínez destaca los siguientes:
Abandono escolar: España es el segundo país europeo en abandono escolar, con una tasa del 19%. Esto supone que hay miles de jóvenes que han dejado prematuramente el sistema educativo habiendo completado como mucho el primer ciclo de secundaria. «Nos situamos muy por encima del 10,7% de media en la UE, lo que lastra sobremanera las posibilidades de estos jóvenes de encontrar empleo estable», afirma.
Polarización del mercado de trabajo: Cada año se va acentuando la reducción de los empleos considerados de remuneración media en favor de trabajos muy cualificados con alta remuneración y trabajos poco cualificados con sueldos bajos. Y el presidente de IMF Business School revela que esto también está relacionado con un sistema educativo donde «tenemos un alto índice de universitarios y de personas sin cualificación y muy poca formación profesional».
Políticas activas de empleo: Se deberían mejorar de forma notable las políticas activas de empleo, invirtiendo en los colectivos más desfavorecidos, formándolos y dándoles competencias que realmente demande el mercado laboral y que les permita acceder a un puesto de trabajo. Además, Martínez cree que se debería mejorar la colaboración público-privada que sirva para una adecuada canalización de las ofertas de trabajo. «No olvidemos que el SEPE sólo concentra el 2% de las colocaciones», resalta.
Falta de conexión entre el sistema educativo y el mundo empresarial: Normalmente no hay una conexión entre lo que demanda el mercado laboral y lo que el sistema educativo genera, fundamentalmente en el ámbito universitario. Por ello, Martínez piensa que se debería fomentar mucho más la formación profesional y la formación dual.
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