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Una industria digital, una industria más competitiva

Una industria digital, una industria más competitiva
Una industria digital, una industria más competitivalarazon

Europa sufre un déficit de 700.000 empleos cualificados en el sector de la alta tecnología. Se prevé que en los próximos 20 años haya 50 millones de vacantes sin cubrir.

En la nueva era del sector industrial los trabajadores no necesariamente visten camisas de cuello azul. La fotografía ha dejado de reflejar chimeneas humeantes y los datos que registran las máquinas han pasado a un primer plano. Bautizada como «Industria Conectada 4.0.», desde el Gobierno ya han anunciado un plan para potenciar la digitalización de las empresas. Se trata de una hoja de ruta que pretende fortalecer el desarrollo digital de las compañías industriales y fomentar el empleo cualificado.

El sector industrial debe jugar un rol clave en el crecimiento económico de España. Si bien su desarrollo se basará en la tecnología, el cambio real dependerá del aprovechamiento del talento. Y es que las oportunidades para analistas, matemáticos e informáticos, cuya labor maximizará las posibilidades de esta revolución tecnológica, no resultan nada desdeñables.

José Miguel Guerrero, presidente de la Asociación de Empresas del Metal de Madrid (AECIM), considera que el plan para la transformación digital de las compañías debería permitir obtener productos con un mayor valor añadido y servicios más competitivos. «La digitalización constituye una oportunidad clave para la mejora de la competitividad de la industria española en un mercado cada vez más global». Guerrero piensa que España debe actuar con rapidez, «ya que corre el riesgo de quedar rezagada en esta nueva revolución industrial». De hecho, según Cisco, en los próximos cinco años la transformación digital desplazará del mercado a cerca del 40% de las compañías, mientras que el 75% de dichas empresas aún no ha medido los peligros de no priorizar su estrategia digital.

La digitalización supone incorporar tecnologías 4.0 para hacer los procesos más eficientes y flexibles, ya sea mediante una optimización de los existentes o a través de un cambio. El presidente de AECIM opina que afrontar estos retos con éxito permitirá generar un nuevo modelo industrial en el que la innovación sea abierta, los medios productivos estén conectados, las cadenas de suministro se encuentren integradas y los canales de distribución y atención al cliente, digitalizados. «En definitiva, un modelo de industria inteligente y conectada».

En España, y particularmente en Madrid, durante años la actividad industrial no ha figurado en la agenda política. Pero Guerrero revela que la crisis ha vuelto a poner en valor una actividad imprescindible para dar solidez y estabilidad a nuestra coyuntura económica y laboral. Aunque ahora se planteen diversas iniciativas para reforzar la industria española, el presidente de AECIM augura que muchas tenderán a decaer en cuanto la actividad económica se recupere.

Guerrero se muestra muy pesimista respecto al cumplimiento del objetivo europeo de lograr un peso de la industria del 20% en 2020. No obstante, más allá de alcanzar un porcentaje, «lo importante es establecer unas bases y un marco regulatorio que permitan el desarrollo y crecimiento constante de la industria española en base a su competitividad, eficiencia e internacionalización».

La relación entre máquinas y software se está transformando, y la posibilidad de predecir incidencias incrementa exponencialmente la rentabilidad de todo tipo de actividades productivas. General Electric (GE) estima que el 46% de la economía global puede beneficiarse del internet industrial, un nuevo paradigma que surge de la convergencia del sistema industrial con el poder de la computación, la analítica, los sensores de bajo coste y los nuevos niveles de conectividad. El impacto económico y comercial del internet industrial podría aportar 2,2 billones de euros al PIB europeo en 2030. La industria, además, ahorraría miles de millones de euros si lograra una mejora de tan sólo un 1% en el aumento de la productividad anual durante los próximos 15 años. En España, GE prevé que el beneficio de la adopción del internet industrial aportaría al PIB en 2030 entre 91.000 y 150.000 millones de euros.

Aunque los sindicatos arremetan contra la digitalización de la industria porque «puede precarizar más el empleo», lo cierto es que supone una gran oportunidad para el mercado laboral. Europa sufre un déficit de 700.000 técnicos e ingenieros cualificados en el sector de la alta tecnología y se prevé que en los próximos 20 años haya 50 millones de vacantes sin cubrir. Desde GE sostienen que asistiremos a un esfuerzo de reindustrialización, que rediseñará el mapa económico mundial. «La inversión privada se centrará en aquellos países que hayan creado un entorno que propicie el desarrollo del internet industrial y la disponibilidad de mano de obra cualificada será crucial para atraerla. La clave del éxito de cada país residirá en el establecimiento de planes educativos que reduzcan la distancia entre la formación académica y las necesidades más pragmáticas de las empresas», sentencian.