Editorial

Sánchez se confía a la recuperación

El PSOE cree que un buen ciclo económico dará la vuelta a las encuestas

El techo de gasto presupuestario, paso previo a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, que presentó ayer el Gobierno, demuestra que los estrategas de La Moncloa apuestan por un final acelerado de la crisis pandémica, que se traducirá en una franca recuperación económica, –con un incremento del PIB del 7 por ciento para el próximo año–, pero, sobre todo, que cuentan con la relajación de las medidas fiscales de Bruselas, que se mantendrá, al menos, el próximo ejercicio, para avanzar en las políticas sociales sin las cortapisas del control de la deuda.

No cabe duda de que una parte de esos cálculos parecen sólidos, siempre sobre el papel, por más que el FMI haya rebajado en más de un punto la previsión gubernamental del crecimiento. Por ejemplo, el impacto positivo de las ayudas europeas, el previsto desembalse del ahorro acumulado por los hogares a causa de la pandemia, que se calcula en más de 60.000 millones de euros; y la reactivación del comercio exterior. Otros factores, como el incremento del 4,6 por ciento de los ingresos del Estado gracias a una política fiscal más enérgica y a una mejor evolución del mercado laboral, quedan, de momento, en el ámbito del voluntarismo, puesto que, a día de hoy, es muy difícil prever cuántas de las empresas acogidas a los programas de ayudas, como los ERTE, son realmente viables.

En cualquier caso, creen en La Moncloa que la posibilidad de contar con unos Presupuestos expansivos en el gasto, los mayores que habrá conocido España, ayudará a contener algunas de las exigencias más radicales de sus socios de Unidas Podemos –ya se habla desde el Ministerio de Economía, incluso, de una hipotética subida del salario mínimo– y servirá de bálsamo financiero a las reclamaciones de las formaciones nacionalistas, imprescindibles para dar estabilidad a la legislatura. No es, pues, improbable que si, al final, le cuadran las cuentas al Gobierno y se diluye en el panorama político general el conflicto catalán, pueda el PSOE darle la vuelta a las encuestas, cuyas malas perspectivas para la actual coalición de gobierno atribuyen los estrategas de Pedro Sánchez a las consecuencias de haber tenido que lidiar con la pandemia. No parece, sin embargo, que en este remedo de cuento de la lechera se tengan en cuenta algunos imponderables. Por ejemplo, la incidencia de la, también, mayor presión fiscal de la historia sobre el mercado de trabajo.