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Editorial

El submarino: El capitán al que agarrarse

El episodio de la «fontanería» de Ferraz tiene de los nervios a buena parte del PSOE. Buena prueba de ello es que haya resucitado al capitán Bonilla...

La sede de Ferraz Gonzalo PérezLa Razón

El episodio de la «fontanería» de Ferraz tiene de los nervios a buena parte del PSOE. Buena prueba de ello es que haya resucitado al capitán Bonilla, contratado por el Gobierno madrileño, para llevar a cabo un desvío del tiro. La maniobra, de manual, no salió del todo bien, a pesar de que se repartiese el argumentario a diversos ministros. No deja de ser llamativo, por cierto, el silencio de ciertos miembros del gabinete en esta cuestión, incluido el del presidente. El trabajo sucio, de nuevo, corresponde a otros.