El Euroblog
DSK, ¿víctima de una trampa?
¿Culpable de un intento de agresión sexual o víctima de una conspiración para truncar su prometedor futuro político? La detención del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, el sábado en el aeropuerto JFK de Nueva York ha conmocionado a Francia.
De ser ciertas las acusaciones de intentar violar a la camarera de 32 años Paul Brown en el neoyorquino hotel Sofitel, DSK, como es conocido en Francia, se enfrentaría a una pena de hasta 20 años de cárcel, lo que acabaría definitivamente con su carrera política.
De hecho, ya muchos analistas piensan que este caso ha asestado un golpe mortal a las aspiraciones presidenciales del economista y dirigente socialista de 62 años, que ya en 2006 se vio apeado del cartel socialista tras ser vencido en las primarias por Ségolène Royal. Precisamente, la ex candidata presidencial socialista, así como el resto de líderes del PS pidieron ayer calma y apelaron a la presunción de inocencia para el político de izquierdas mejor valorado por el electorado francés para derrotar al presidente Nicolas Sarkozy en las presidenciales del próximo año.
Y esa cercanía de la cita con las urnas y el título de favorito para vencer al demoscópicamente hundido "Sarko"son motivos suficientes para despertar los rumores sobre una posible conspiración para deshacerse de DSK. Aunque ayer aún no se había pronunciado públicamente, el inquilino del Elíseo es sin lugar a dudas el mayor beneficiado de los problemas judiciales de Strauss-Kahn, cuya candidatura al FMI apoyó enérgicamente en 2007 con la intención de mantener al otro lado del atlántico a un poderoso rival político.
A pesar de que son conocidos los escarceos sexuales de DSK, resulta muy sorprendente que alguien tan inteligente se haya expuesto de una manera tan torpe a un escándalo con consecuencias penales. Un antiguo colaborador del ex presidente François Mitterrand, Jacques Attali, apuntaba ayer el hecho de que el intento de agresión sexual tuvo lugar en un establecimiento de una cadena hotelera francesa.
Para añadir más tintes sospechosos al caso, hace pocos días un colaborador de Strauss-Kahn alertaba de una campaña difamatoria contra DSK orquestada por el entorno de Sarkozy y su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP). Poco después, la revista francesa "L'Express"publicaba en su portada unas fotos del responsable del FMI y su esposa, la periodista Anne Sinclair, subiéndose a un Porsche Panamera, valorado en 100.000 euros, bajo el título "El tren de vida de DSK". Su gusto por el lujo y la buena vida le han granjeado muchas críticas y el apelativo de "gauche caviar". Incluso una emisora de radio aseguró que el dirigente socialista llevaba trajes de 35.000 euros diseñados por el sastre que viste a Obama.
Más allá de las consecuencias para la institución financiera que preside, la detención de Strauss-Kahn supone un jarro de agua fría para el PS, que acariciaba el sueño de que un socialista volviera a ocupar el Elíseo treinta años después de la histórica victoria de Mitterrand. Las encuestas les son aún favorables, pero el avance de la ultraderecha y la decepción por la figura de DSK pueden volver a dejarlos con la miel en los labios.
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