El Euroblog

Una victoria del Parlamento Europeo

La Razón
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La renuncia de Rumiana Jeleva a ocupar la cartera de Ayuda Humanitaria en la futura Comisión Barroso es un vivo ejemplo del control democrático que ejerce el Parlamento Europeo. Las exhaustivas audiencias a las que deben someterse los 26 comisarios propuestos por los Estados miembros convierten por unos días a la Eurocámara en el Congreso de Estados Unidos, del que la UE ha copiado este procedimiento. ¿Se imaginan si este modelo se exportara a los países miembros y los ministros de turno se sometieran al examen del Parlamento antes de ser nombrados?

La noticia de que la actual ministra de Asuntos Exteriores búlgara tira la toalla se convirtió en algo inevitable tras la audiencia del pasado 12 de enero, en la que Jeleva se mostró poco convincente. Para los eurodiputados socialistas, liberales y verdes, la candidata búlgara desconocía los temas propias de sus futuras competencias y no logró despejar las dudas existentes sobre sus finanzas y los vínculos de su marido, un destacado banquero, con la mafia búlgara.

La permanencia de Jeleva, miembro del Partido Popular Europeo (PPE), amenazaba con poner en la cuerda floja a toda la Comisión Barroso, en vista de que la izquierda amenazaba con su voto negativo. Esto hubiera arrastrado al resto del Colegio de Comisarios habida cuenta de que Estrasburgo vota a la Comisión en su conjunto y no a cada uno de sus miembros.

El callejón sin salida de la jefa de la diplomacia búlgara deja en entredicho a su propio Gobierno tres años después del ingreso de su país en la UE. El primer ministro, Boyko Borisov, que días antes aseguraba que la audiencia de Jeleva "se había desarrollado a la perfección", propuso a Kristalina Georgieva, vicepresidenta del Banco Mundial, como nueva aspirante. Este caso pone de manifiesto cómo los estándares políticos de Sofía aún están muy lejos de los que se exigen en Bruselas. El Gobierno parece haber olvidado su promesa electoral de limpiar la imagen de un país sancionado por su mala gestión de los fondos europeos.

Desde un punto de vista europeo, la renuncia de la candidata búlgara retrasa la investidura de la nueva Comisión, lo que perjudica la acción de la Presidencia española. En principio, no tendremos nuevo Ejecutivo comunitario hasta al menos el 9 de febrero, 48 horas antes del Consejo Europeo convocado en Bruselas para debatir la futura estrategia económica de los Veintisiete. Y esto si todo va según lo previsto y el PPE no decide poner en apuros a algún comisario socialista o liberal en venganza por la caída de Jeleva. El eslovaco Maros Sefkovic, acusado de comentarios antigitanos y un pasado comunista, y la holandesa Neele Kroes, obligada a someterse a un segundo examen por su falta de concreción en el primero, ya están en el punto de mira de los conservadores.