Nueva Orleans

«El último exorcismo, 2»: El demonio de los celos

Dirección: Ed Glass-Donnelly. Guión: E. Glass-Donnelly, Ed Chazelle, Intérpretes: Ashley Bell, Julia Garner, Spencer Treat Clark. Estados Unidos, 2013. Duración: 88 minutos. Terror.

«El último exorcismo, 2»: El demonio de los celos
«El último exorcismo, 2»: El demonio de los celoslarazon

Se veía venir: aunque no pasara de ser un producto meramente potable con momentos, eso sí, bastante pavorosos, el número uno en la taquilla de EE UU durante 2010 de «El último exorcismo» ha sido motivo más que suficiente para volver a toparnos con la pobre chica aquella sólo dos años después; recuerden, Nell, aquella joven poseída y salvajemente contorsionista en pleno corazón rural de Louisiana. Que sigue en las mismas, aunque ahora, tras el trágico final de la primera parte, la hayan enviado a un centro de acogida para chicas descarriadas no se sabe muy bien de qué tren situado en Nueva Orleáns. La tierra de oscuras magias, de carnavales atestados de diablos cojuelos y con los mismos santeros y otros oficiantes de pintorescos rituales para erradicar el mal por metro cuadrado que Tahití. Despojada casi completamente de la efectista luminotecnia que rodea a otros filmes con poseídos de por medio, nos tememos que porque el presupuesto no daba para tirar demasiados cohetes (o sea, ni efecto «Bruja de Blair» ni demasiadas flexiones imposibles, y menos aún vómitos oscuros o extrañas volteretas de objetos, aunque, eso sí, hay moscas, un teléfono que sigue sonando desenchufado y la aparición de sombras donde el espectador imagina, o sea, todos ellos trucos económicamente «apañados»), Nell llega a la conclusión de que Abalam, que así se llama el espíritu del infierno que la sigue rondando, está enamorado de ella. Un dilema nuevo por estos cinematográficamente terroríficos pagos. Lástima que la cinta resulta tan lacia como la propia melena de la ingenua Nell (que encarna Ashley Bell, otra integrante del cambiante batallón que aparece en «The Walking Dead», esta mujer no gana para sustos) y sólo se anime en plan «Carrie» en los últimos compases. Con que a nadie se le ocurra una tercera entrega sobre el hijo de Abalam nos damos por bien pagados.