Elecciones andaluzas

Vox, el «quinto elemento» revoluciona el Parlamento

La formación de Santiago Abascal aboga por «el fin del sultanato» en Andalucía.

Santiago Abascal, junto al candidato andaluz Francisco Serrano, celebra sus buenos resultados, ayer en Sevilla
Santiago Abascal, junto al candidato andaluz Francisco Serrano, celebra sus buenos resultados, ayer en Sevillalarazon

La formación de Santiago Abascal aboga por «el fin del sultanato» en Andalucía.

Vox, en latín significa «voz» y en griego «alba dorada». Con la apertura de los colegios electorales, Santiago Abascal y el juez en excedencia Francisco Serrano posaban en el Colegio Santa Ángela de la Cruz de Sevilla. Casualmente, al fondo, sobre ellos, se leía una pancarta que decía en inglés «Bienvenidos» con niños de diferentes razas dibujados. Vox confirmó lo que se barruntaba, superando expectativas, tras hacerles Susana Díaz ganadores del segundo debate electoral sin estar siquiera presentes, al preguntar a sus adversarios de PP y Ciudadanos hasta en cuatro ocasiones si iban a pactar con esta formación. Al nombrarlos, Vox se hizo carne de un movimiento que en espíritu ya estaba en las calles transmitiéndose boca a boca. Un éxito de público que se evidenciaba en actos como el de la presentación en el Palacio de Congresos de Sevilla, ante más de 3.500 personas, como continuación del «milagro de Vistalegre». La indignación ha pasado a mayores y ha encontrado asilo en Vox, con 12 diputados y siendo la llave para un gobierno de derechas y del cambio en la Junta tras 36 años del PSOE en San Telmo.

El partido de Santiago Abascal irrumpe por primera vez en una Cámara autonómica de España con la contradicción de querer eliminar los gobiernos regionales. Vox superó las mejores de las previsiones de las encuestas, que le daban 4 o 5 diputados, seis a lo sumo. El CIS le otorgaba uno por Almería. En total, 12 diputados, situándose como un elemento clave en el nuevo escenario. Para calibrar el impacto, basta recordar que, hasta ahora, Cs tenía 9 diputados –8 en realidad, porque una parlamentaria se fue al grupo no adscrito– o IU, 5 escaños. Vox es ahora el quinto elemento del Parlamento. Un elemento de naturaleza inestable. Hyperion es el árbol más alto del mundo, con 115,7 metros y una copa de 28.2 metros de diámetro, descubierto en 2006. La formación de Abascal cumple en 9 días cinco años de vida y el ego de la formación, con estos resultados, se sitúa a la altura de la secuoya roja que se encuentra en el Redwood National Park de San Francisco. Si en Andalucía, históricamente refractaria a la derecha, obtiene un éxito de este tipo, en España puede ser el «acabóse». Tal día como ayer de 1804 también tuvo lugar la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador de los franceses. Los resultados electorales de Andalucía –más de 380.000 votos por los apenas 18.400 que obtuvo en 2015–, como si del lienzo de Jacques-Louis David se tratara, dibujaron el nacimiento de un nuevo líder en el espectro de la derecha, en su acepción más clásica, «sin complejos». Su crecimiento equivale al de sus mítines. De dar charlas sobre un banco en el Altozano de Triana y salir apedreados a llenar Fibes. Vox señaló a LA RAZÓN que, de ser llave para el Gobierno, apostarían por «el fin del sultanato». Serrano en Andalucía y Abascal en España se convierten en «el tercer hombre» de la derecha en España, bajo la sombra de las críticas por la ideología de extrema derecha. Vox se declara de «extrema decencia» y «extrema necesidad». Partido de trasfondo ultracatólico, en la Junta se suspiraba ayer: «Que Dios nos pille confesados».