Elecciones generales
Andalucía: PP y PSOE suman el 61,4% de los votos
Susana Díaz pierde un diputado y Juan Manuel Moreno sufre una caída de 14 escaños. Ciudadanos aporta diez representantes; Podemos, ocho e Izquierda Unida, ninguno
Susana Díaz pierde un diputado y Juan Manuel Moreno sufre una caída de 14 escaños. Ciudadanos aporta diez representantes; Podemos, ocho e Izquierda Unida, ninguno.
El bipartidismo se hace fuerte en Andalucía, la región más importante en las elecciones generales por número de escaños, donde la suma de PP y PSOE consigue 43 de los 61 diputados en liza –350 hay en total en el Congreso–, que representan el 61,40 por ciento de los votos, según una encuesta de NC Report para LA RAZÓN.
Los socialistas, con Susana Díaz como secretaria general desde noviembre de 2013, suman 24 escaños, sólo uno menos que en 2011. Desde que asumió el poder socialista y el de la Junta, su partido no ha perdido ninguna cita electoral, aunque sus resultados sean los peores del socialismo en Andalucía y no haya remontado en votos la debacle de 2011. La diferencia ahora es el desplome del PP, al que le sacó 9,3 puntos en las europeas, casi once en las autonómicas y cuatro puntos en las municipales. El balance final en esta región será crucial para afianzar el liderazgo de Díaz, que podría sumar la cuarta victoria electoral consecutiva tras ganar en las europeas, las autonómicas y las municipales, lo que reforzaría todavía más su papel en el seno del partido, máxime si Pedro Sánchez no consigue superar los resultados adversos que auguran la mayoría de las encuestas.
Por su parte, los populares de Juan Manuel Moreno –con más de 20 veinte meses al frente del partido– se hacen con 19 representantes, lejos de los 33 de hace cuatro años, unos resultados que contribuyeron a que Mariano Rajoy gobernara en España con una holgada mayoría absoluta. Lejos de esa histórica marca con Javier Arenas al mando, Moreno ha sufrido el desgaste del PP en esta legislatura y, en consecuencia, aún espera la reválida de las urnas, lo que daría un empujón a su afán de cambio. «Nuestro reto es que Andalucía sea la que más diputados aporte en las elecciones generales», ha dicho el líder andaluz en más de una ocasión, un escenario que además le permitiría reivindicarse en el partido y poder imponer una renovación que ya ha logrado para la elaboración de las listas –hay cinco nombres nuevos entre los ocho cabezas de lista– y también de cara al futuro si el 20-D es sinónimo de derrota.
Aunque Juan Manuel Moreno cuenta con un amplio margen por parte de la dirección del PP para reconducir la situación en clave regional, los sectores críticos –especialmente en Sevilla– no pasarían por alto una nueva caída. El miedo es perder la referencia de esos 33 diputados de 2011, que supusieron un hito porque procedían de los 25 logrados en 2008. Pero los nuevos protagonistas en el tablero político –Ciudadanos y Podemos– no se lo van a poner fácil a los populares que, desde 1993, siempre se han mantenido por encima de los 20 diputados en Andalucía.
A tenor de las cifras del sondeo, esa linde es una utopía, precisamente por la irrupción de unos partidos emergentes que trastocan el tradicional marco político cimentado por el bipartidismo. Es el caso de Ciudadanos, que se beneficia del hundimiento del PP y rentabilizaría además su actitud colaborativa en el Parlamento andaluz desde los comicios del pasado mes de marzo: se vería beneficiado con 10 escaños y una estimación de voto del 18%, arañados a las filas populares.
Blanco del PP
Para esta campaña electoral, Albert Rivera tirará de sus ascendientes malagueños, al igual que hizo en la andaluza, y se apoyará en Inés Arrimadas, su gran baza en los comicios catalanes, nacida en Jerez de padres salmantinos que residen en la ciudad gaditana. En contrapartida, será sin duda blanco del PP, que le acusará de pactar con Susana Díaz.
En cuanto a Podemos, que aglutina a movimientos sociales, alternativos y plurales de izquierda, lograría ocho escaños en su estreno en la Cámara Baja y una estimación de voto del 13,3%.
Ni Ciudadanos ni Podemos concurrieron a las elecciones generales de 2011 –el partido de Pablo Iglesias ni siquiera existía–, pero el 20 de diciembre sería un reflejo de lo ocurrido en las pasadas elecciones autonómicas y municipales, que les abrió las puertas de ayuntamientos y cámaras regionales.
La gran damnificada es Izquierda Unida, pues según la encuesta perdería sus dos diputados en el Congreso al pasar del 8,3% que obtuvo en 2011 al 5,0% y ningún representante. Podemos le come buena parte de su electorado y dejaría a la coalición de izquierdas en una situación insólita como sería la de no tener presencia andaluza en la Carrera de San Jerónimo.
Va a ser sin duda una campaña cruda la que se viva en Andalucía. La corrupción volverá a estar encima de la mesa, pero también la confrontación institucional. El Ejecutivo del PSOE negocia los Presupuestos con una oposición que funciona ahora en clave electoral. Y la fecha tope para aprobar las cuentas es precisamente el 20 de diciembre, día de las elecciones.
Todos los partidos se vuelcan en Andalucía para la campaña
Las dos grandes formaciones escogieron Andalucía para el «pistoletazo de salida» de la campaña electoral, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio en Málaga, donde estuvo también la presidenta andaluza, Susana Díaz, aunque sin Pedro Sánchez. Los líderes de PP y PSOE protagonizaron ya varios actos en la región y hasta llegaron a coincidir, a escasos kilómetros, en alguna jornada, como el pasado 23 de noviembre. Ambos se dejarán ver estos días. También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se volcará con visitas a Cádiz, Sevilla, Granada y Málaga. Por su parte, el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, participará en un «gran mitin» en Sevilla el 17 de diciembre. En Andalucía se prodigará también durante la campaña el candidato de Unidad Popular-IU, Alberto Garzón.
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