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Las peculiaridades del sistema electoral del País Vasco que pueden decantar el resultado

Es la única comunidad en el que los 75 escaños del Parlamento los eligen por igual los electores de cada circunscripción

Recuento de votos en un colegio electoral el 23J.
Recuento de votos en un colegio electoral el 23J.Jesús G. FeriaLa Razón

Los ciudadanos del País Vasco eligen en las autonómicas de este domingo quién ocupará los 75 escaños que componen el Parlamento regional con un sistema electoral único frente al resto de regiones.

La diferencia reside en que los vecinos de cada uno de las tres provincias y circunscripciones electorales eligen el mismo número de parlamentarios que les representarán en la Cámara vasca.

Los 945.874 electores de Bizkaia, los 587.709 de Gipuzkoa y 261.623 de Álava tendrá que decidir con su voto, por tanto, el partido al que pertenecerán los 25 diputados vascos que elige cada provincia por igual.

En Bizkaia, cada parlamentario representa a 37.834 votantes, mientras que un un acta guipuzcoano corresponde a 23.508 y un escaño alavés a 10.464.

Por otro lado, antes del año 2000, la ley electoral vasca establecía una barrera mínima del 5% de los votos emitidos en una circunscripción para poder acceder al reparto de escaños, pero se acabó reformando este apartado de la norma para rebajar el requisito mínimo al 3% actual.

La razón está en que cuando se configuró el País Vasco como comunidad autónoma se hizo como confederaciones, es decir, como una unión de estos tres territorios históricos que poseían su propio autogobierno con los fueros.

Pese a que históricamente no se ha demostrado la influencia del particular sistema de elección vasco en el resultado de los comicios autonómicos, en las de este próximo domingo puede ser relevante y hasta decisivo ante la estrecha diferencia que se espera en el resultado de los dos principales partidos, PNV y Bildu, cuando no está claro quien quedará finalmente por encima, a pesar de que las últimas encuestas mantienen el liderazgo de Imanol Pradales.

La circunstancia de que un partido gane en número de votos recibidos en las urnas, pero pierda al haber cosechado un menor número de escaños solo ha ocurrido en una ocasión. En las elecciones regionales de 1986, que se celebraron tras la escisión del del partido del exlendakari Carlos Garaikoetxea, Solidaridad Vasca (EA) del PNV, los jeltzales lograron 17 parlamentarios tras haber logrado casi 20.000 votos más que el PSE-EE, que fue quien formalmente ganó los comicios con 19 escaños, aunque finalmente fue el PNV el partido que acabó gobernando.