España

Felonía inédita

“La cárcel de Zaballa ya está preparada para recibir a los presos etarras”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), saluda al lehendakari, Íñigo Urkullu, en el Palacio de la Moncloa. Foto: Efe
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), saluda al lehendakari, Íñigo Urkullu, en el Palacio de la Moncloa. Foto: Efelarazon

Felón es sinónimo de traidor, canalla, pérfido o falso. Y felonía con las víctimas del terrorismo es lo que pretende este gobierno pro soviético de Sánchez Castejón cuando va a ceder las competencias de instituciones penitenciarias a vascos y catalanes de paso. Pero el gobierno vasco, más inteligente que el catalán, conseguirá que una «pantalla de humo mediática» de alguna noticia catalana de Torra, Puigdemont o Junqueras eclipse la gran y próxima felonía que prepara el gobierno bolchevique de Sánchez-Iglesias. O como buenos felones, buscarán también enfrentar al centro derecha con alguna ocurrencia tipo «PIN y PON» parental para que caigamos en sus redes de enfrentamiento mientras diluyen la gran felonía a las víctimas del terrorismo: acercar a los presos asesinos de ETA al País Vasco, para posteriormente transferirle las competencias en materia de instituciones penitenciarias. Desde hace meses, la cárcel de Zaballa en Álava está habilitando varios módulos para acoger a nuevos presos. ¿Quiénes? Lógicamente los de ETA, como ya hizo hace 10 años el Gobierno. Fue a finales de 2008, cuando la denominada «célula» del Ministerio del Interior de Pérez Rubalcaba ideó la mal llamada «vía Nanclares» para los supuestos presos de ETA arrepentidos a los que se aplicó beneficios penitenciarios a cambio de una simple carta genérica de perdón a las víctimas de ETA que ni pedía perdón ni nada que se le asemejara. Fue cuando entonces, al Ministerio del Interior se les ocurrió hacer los «vis a vis»

–reuniones– entre víctimas y asesinos para que luego fueran aprovechadas por los etarras para redimir condena. Ahora Sánchez planea una nueva reedición de la «vía Nanclares»: ceder todo el poder al Gobierno Vasco para que haga y deshaga en su comunidad autónoma y pueda aplicar el tercer grado penitenciario y, por tanto, la semilibertad de los asesinos de ETA en cuanto pisen suelo vasco, evitando el cumplimiento íntegro de las condenas por sus asesinatos. La cárcel de Zaballa ya está preparada con dos módulos para presos que pudieran gozar del tercer grado. Todo está dispuesto ya. Pero primero son las transferencias de competencias

–posiblemente el 20 febrero– y después los acercamientos de asesinos. Sin embargo, somos aún muchos los que haremos frente judicialmente y en las calles a esta felonía monclovita que no es más que una traición más a España, quizás la más grave, y sobre todo a los socialistas asesinados por ETA.