La noria

(San) Pedro, cierre ya la puerta por fuera y tire la llave

Soberbio, iracundo, perezoso como el de dos dedos de Costa Rica, avaricioso hasta la médula y muy, muy, envidioso. El "síndrome del impostor" del presidente ante la OTAN lo pagaremos todos

Ilustración Pedro Sánchez
IlustraciónPlatónLa Razón

Feliz día de san Pedro, a casi todos. Hay uno que está haciendo méritos para que le retiren hasta la onomástica. Porque este no nos abre la puerta del Reino de los Cielos, nos arrastra cada día más al averno. Tiene de santo lo que Trump de anacoreta.

Soberbio como él solo, avaricioso hasta la médula e iracundo cuando le tocan las prebendas a los suyos, que son muchas. Pedro Sánchez no deja de acumular pecados capitales. La envidia de aquel que se sabe bajo el «síndrome del impostor» ha vuelto a hacer acto de presencia en la cumbre de la OTAN. Tenía que hacerse notar para creerse a la altura de los demás, demostrar algo de poder, y finalmente acabar regateando como si fuera un mercadillo persa el gasto en Defensa. ¡La leche que se ha pegado ha sido morrocotuda! Lo malo es que su prepotencia ante Europa y Estados Unidos la pagamos todos. Esa guerra comercial a la que el águila calva pretende llevarnos, afectaría a algo tan patrio como el aceite y el vino. Se ha convertido con su fanfarronería en la vergüenza de los líderes del primer mundo.

Y, ¡ay, la gula!: «Son las cinco y no hemos comido» es una sentencia suya que ya ha pasado a la historia de la estampación de camisetas. Perezoso también lo es un rato, más que el de dos dedos de Costa Rica. En el Senado le esperan a ver si va algún día, al menos a limpiar su silla, que acumula ya más polvo que los pisitos alquilados de Aldama. No obstante, la lujuria no parece practicarla, no al menos como sus compañeros Koldo y Ábalos, que han llevado al extremo el dicho «dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición».

En la última cena socialista, conocida como Comité Federal, se miran de reojo mientras se preguntan: «¿Seré yo?, ¿seré yo?». A Judas no le buscan, con ese ya dieron y lleva por nombre precisamente Santos. Intentan dilucidar quién será el próximo en acabar señalado en este juicio final, porque si ahora que le ha tocado el turno al recto y serio Bolaños, quién más no irá detrás. Ha sido salpicado por el «plan delictivo» (la Audiencia de Madrid dixit) de la señora del líder.

Pedro Sánchez camina solo ante el resto de líderes aliados en la cumbre de la OTAN
Pedro Sánchez camina solo ante el resto de líderes aliados en la cumbre de la OTAN J.J. GuillénAgencia EFE

«Todos en el sanchismo han tenido que hacer cosas que no debían siguiendo las órdenes del puto amo», apunta el popular Miguel Tellado. Esa boquita –como dicen las abuelas– va a haber que lavarla con jabón, que últimamente en el PP están muy desatados. Los de Feijóo cada vez utilizan más un lenguaje vulgar a sabiendas de que ahí, en el descontento del vulgo, está el filón.

Y así se refleja en las encuestas. La última, publicada por este periódico, revela que el PSOE sufriría una sangría de entre 14 y 16 diputados (dejándose más de 1,7 millones de votos, que pocos me parecen). A ello se suma una plataforma civil, que se postula para defender una hipotética moción de censura, y varios exministros y altos cargos del partido, que están pidiendo con la pluma la cabeza del presidente. Los «resentidos», les llaman los aún supervivientes de la rosa.

"Aquí no hay más que hacer sino que cada uno tome lo que es suyo, y a quien Dios se la dio, san Pedro se la bendiga" ("El Quijote")

Y, para colmo llega Felipe González, aquel que lideró el partido durante 23 años y ejemplo de tantas, y tantas, generaciones socialistas metiendo de por medio a Barrabás, refiriéndose a ese «preso famoso» (según san Mateo) que se libró de la «crucifixión» desde Waterloo. Sobre Sánchez hace poco decía lo siguiente: «Pienso lo que digo, pero no digo todo lo que pienso». Pero las tornas han cambiado.

Ese hartazgo del sanchismo le ha llevado a asegurar que no votaría al PSOE en unas próximas (sí, seguramente muy próximas) elecciones ni aunque le metan la papeleta en el bolsillo izquierdo. Se niega a participar en la «barrabasada» de la Ley de Amnistía y en la falta de respeto que se le ha tenido al Constitucional al vaticinar el oráculo Sánchez que se votaría a favor. ¿Será que quiere acogerse a ella el presidente e intentar que olvidemos los últimos años que nos ha hecho pasar? No sé si habrá perdón para él. El divino incluso está en duda, porque ¡hasta con la Iglesia ha topado! Que los obispos también rezan porque se produzca un adelanto electoral.

En el 70 de Ferraz deberían cerrar por fuera, tirar la llave y hacer suya la frase del hidalgo caballero en el capítulo 45 de «El Quijote»: «Aquí no hay más que hacer sino que cada uno tome lo que es suyo, y a quien Dios se la dio, san Pedro se la bendiga». Eso sí, asegúrense de llevarse solo lo que les pertenece que van a dejar al país esquilmado.