Gobierno de España
Y ahora los “pactos de San Jerónimo”
Sánchez logra la prórroga del estado de alarma entre el apoyo del PP y los toques de atención de sus socios de investidura
Pedro Sánchez subió ayer por tercera vez a la tribuna del Congreso de los Diputados para plantear a la Cámara una nueva prórroga del estado de alarma, pero por primera vez en los casi 40 días de confinamiento albergaba esperanza en sus palabras. Un «optimismo prudente» que permite al Ejecutivo complementar los esfuerzos por superar el impacto del coronavirus con el diseño del escenario que vendrá después, cuando se supere la pandemia, esa «nueva normalidad». Aunque el presidente quiso dejar claro que la situación actual de confinamiento general «no se levantará hasta que no haya riesgo de no volver atrás», sí «vislumbró» el horizonte de la desescalada para «la segunda mitad del mes de mayo».
El presidente del Gobierno mantuvo en todo momento el tono cordial hacia los partidos de la oposición que volvieron a mostrarse especialmente críticos con su gestión. Por su parte, Sánchez valoró positivamente que las principales fuerzas políticas se unan en una mesa para abordar la reconstrucción de España una vez superada la pandemia. Una iniciativa que quiso hacer extensiva a los diferentes escalones de nuestra geografía y que se reedite en las Comunidades Autónomas «gobierne quien gobierne». Ejecutivos autonómicos socialistas como el de Castilla-La Mancha, Aragón o Extremadura ya están avanzando en esta dirección, por lo que Sánchez lanzó expresamente el guante para que el PP haga lo propio en la Comunidad de Madrid, Murcia o Andalucía, donde gobiernan gracias al apoyo de Vox. «Me gustaría saber su respuesta aquí y ahora. Con un sí o un no. ¿Acepta la propuesta de buscar una solución común allí donde gobierna?», le espetó a Casado.
Esta es la batalla que quiere dar ahora el PSOE y que está lanzando en forma de ofensiva por el consenso en las regiones que gobierna pero también en las que está en la oposición, como es el caso de la Comunidad de Madrid, para lograr retratar al PP. Las urgencias del Gobierno por poner en marcha el pacto se han visto, sin embargo, frenadas y el PSOE evitó en la reunión de la Mesa del martes poner la iniciativa en marcha de manera inmediata, sino que se estudiará la próxima semana. Los socialistas están molestos con la propuesta del PP de presidir la comisión de reconstrucción que, temen, se convierta en una comisión de investigación contra el Gobierno.
Sánchez defendió ayer su gestión, aunque asumiendo que se han cometido errores y anticipó nuevas rectificaciones si se demuestra que los avances en la desescalada suponen un riesgo añadido contra el virus. Precisamente la rectificación en la salida de los menores de 14 años a dar paseos cortos acompañados de un adulto, la justificó en que «este es un Gobierno que escucha» y que, en esa vocación de aliviar el confinamiento de los menores, «pecamos de prudencia. Sánchez enfatizó que este nuevo estado de variará en función de cómo lo haga el avance del virus. Las reglas y limitaciones que están hoy vigentes se irán modulando y, para ello, se otorga al ministro de Sanidad, Salvador Illa, la facultad de ir «modificando, ampliando o restringiendo» estas restricciones en función de los territorios y en base a un sistema de marcadores que fiscalizará la evolución de los contagios y el sostenimiento del sistema sanitario para hacerles frente. Con estos parámetros como referencia se irá avanzando hacia una desescalada que, en todo caso, «debe ser lenta y gradual porque debe ser segura». El presidente hizo hincapié en varias ocasiones en la transitoriedad de los escenarios y la volatilidad de las decisiones que, «no serán definitivas» y estarán condicionadas por el éxito de las mismas.
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