Opinión

Con Podemos, no

El Rey Emérito no ha huido como dice Iglesias. Lo han echado y no le quieren dejar volver, ni tan siquiera para estar con su familia por Navidad

El vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, aplaude durante una sesión plenaria en el Congreso
El vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, aplaude durante una sesión plenaria en el CongresoRicardo RubioEuropa Press

Puede que sea necesario actualizar la legislación para regular el estatus de la Monarquía parlamentaria en España. Los tiempos cambian y con los tiempos las normas, los hábitos, los usos sociales y mil cosas más. Adecuar las instituciones a las nuevas situaciones parece lógico. Pero debería andarse con cuidado Pedro Sanchez antes de dar un solo paso en este sentido. Y, sobre todo, habría de evaluar bien con quién lo hace, porque no es lo mismo regular a la Monarquía en alianza con Podemos, que sólo pretende destruirla, que hacerlo con quienes, como el PP y Cs, podrían poner sentido común en cualquier cambio que se pretenda en este ámbito.

Dicen algunos que el jefe del Gobierno ha tenido que aceptar los pactos con separatas y bildutarras porque no tenía más remedio, dada la urgencia de los Presupuestos Generales del Estado. Habrá que ver si una vez aprobados, Pedro Sanchez quiere seguir atado a Iglesias y sus socios antisistema, o si por el contrario opta de una vez por la vía de la moderación. Ahora va a tener ocasión de demostrarlo.

Lo peor de los actuales ataques y filtraciones interesadas contra la figura del Rey emérito es lo que esconden. El objetivo no es don Juan Carlos, sino la Monarquía. El Emérito no ha huido como dice Iglesias. Lo han echado y no le quieren dejar volver, ni tan siquiera para estar con su familia por Navidad. Y al Rey Felipe lo pretenden convertir en un mero funcionario al servicio de los que ya proclaman el advenimiento de la Republica Confederal.

Pedro Sánchez puede seguir equivocándose al pactar temas tan serios con quienes sólo quieren destruir al sistema para destruir un día después al propio presidente del Gobierno.

Si de verdad las urgencias de los Presupuestos han pasado, tiene ahora el presidente la oportunidad de demostrarlo acordando los asuntos de Estado con quienes quieren preservar a las instituciones del Estado. Empezando por la Monarquía.