Aniversario
Se cumplen 175 años de la Cartilla de la Guardia Civil
Se trata del texto de referencia que recoge las obligaciones y virtudes que deben tener los agentes del Cuerpo
Se cumple en los próximos días el 175 aniversario de la publicación de la primera Cartilla de la Guardia Civil, texto que se cita como referencia de las obligaciones, cualidades y voluntad de servicio que deben acompañar siempre a los miembros de la Benemérita.
Redactada por la Inspección General del Cuerpo, se trataba de una especie de cuaderno en forma de volumen, de 210 páginas, que los agentes debían llevar siempre consigo y que contenía, además, las reglas morales, urbanidad, protocolo, modelos de escritos, denuncias, actas, etcétera.
En la Cartilla se deja claro que “el honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil, debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra”. “El guardia civil por su aseo, buenos modales y reconocida honradez, ha de ser un dechado de moralidad”, “Las vejaciones, las malas palabras, los malos modos, nunca debe usarlos ningún individuo que vista el uniforme de este honroso Cuerpo”. “Siempre fiel a su deber, sereno en el peligro y desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y firmeza, será más respetado que el que con amenazas, sólo consigue malquistarse con todos”. “Debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza”.
Asimismo, se subraya que “el guardia civil no debe ser temido sino de los malhechores, ni temible sino a los enemigos del orden. Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos”.
Se señala también que “cuando tenga la suerte de prestar algún servicio importante, si el agradecimiento le ofrece alguna retribución, nunca debe admitirla. El Guardia Civil no hace más que cumplir con su deber, y si algo debe esperar de aquel a quien ha favorecido, debe ser sólo un recuerdo de gratitud. Este desinterés le llenará de orgullo, le granjeará el aprecio de todos, y muy particularmente la estimación de sus Jefes, allanándole el camino para sus ascensos”.
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