Guardaba 20 armas
Condenado a siete años de cárcel por proponer asesinar a Sánchez por exhumar a Franco: “Hay que cazarlo”
La Audiencia Nacional admite que su idea era “descabellada”, pero aprecia en sus mensajes a través de Whatsapp una “fijación inquebrantable” en matar al presidente del Gobierno
“Si viene por Cataluña y hace algún mitin lo tenemos que estudiar y tengo todo para hacerlo. Un buen comando y (bien) preparado como ya sabes (...) Vendí dos rifles de caza y compré uno de francotiradores de la bala más rápida del mundo, 1370 metros por segundo”. Por mensajes como éste, del 22 de agosto de 2018, la Audiencia Nacional ha condenado a siete años y medio de prisión a un vigilante de seguridad por planear asesinar a Pedro Sánchez por trasladar los restos de Franco del Valle de los Caídos.
El tribunal, presidido por la magistrada Ángela Murillo, le impone dos años y seis meses de prisión por homicidio en grado de proposición y cinco años más por depósito de armas de guerra. Además, le condena a ocho años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.
Según el relato de hecho, Manuel M., de 65 años, formaba parte de un grupo de Whatsapp, “Terrasa por España”, en el que a partir de junio de 2018 publicó mensajes en los que mostraba su absoluto desacuerdo con la exhumación de los restos mortales de Franco, una actitud que fue creciendo en intensidad hasta plasmar en distintos mensajes en ese foro o de forma privada su intención de acabar con la vida del presidente del Gobierno. El acusado, detenido en septiembre de 2018 después de que una de las destinatarias de esos mensajes alertara a los Mossos, “fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del Gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo”, señalan los magistrados.
No obstante, la Sala admite la dificultad de “atentar contra la vida del presidente del Gobierno, lo que haría pensar que la ideación del acusado estaría próxima a lo descabellado y por ende ante una propuesta no creíble ni en consecuencia factible”.
La Audiencia rechaza aplicarle, como pretendía la defensa del acusado, las eximentes de alteración psíquica y de intoxicación etílica plena, y también descarta que se beneficie de la atenuante de embriaguez por consumo de alcohol y medicamentos.
“Fijación” en su “embrionario plan homicida”
“Por embrionaria que fuera” la fase en la que se encontraba su plan homicida, argumenta la Sala, ya constaba la “persistencia, fijación y desvelada determinación del acusado de causar la muerte del sr. Sánchez Pérez-Castejón, a lo que hay que unir que disponía del efecto a emplear, pues solo tendría que optar por el apropiado, según las circunstancias, entre los que almacenaba, a cuyo efecto recababa de forma reiterada la ayuda que requería en pro de su pertinaz idea criminal”.
A las 16:28 horas del 18 de julio de 2018, escribió por ejemplo: “No podemos permitir que humillen al generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera. Es una venganza por haber perdido la guerra. Estos sólo saben ganar la guerra cuando el otro está muerto. Sino no tienen cojones ni saben luego cómo llevar un país. No lo voy a consentir. Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo”. “Si tocan a Franco sugiero que empiece la guerra otra vez por nuestro honor, patriotas no podemos consentir. Y esta vez no dejaremos ni uno”, añadió.
“Mi mayor ilusión es meterlo debajo de la lápida de Franco”
Unos días, más tarde, el 19 de agosto, volvió a la carga: “Al Sánchez hay que cazarlo como un cuerno (ciervo) y poner la cabeza en la chimenea. Tantos cazadores en España y ninguno tienen cojones. Solo matan pobres animalitos que no rompen España, a este hay que cazarlo”. Y el 27 de agosto, insistió: “Nos hemos de mojar y actuar. Yo estoy dispuesto. Mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco”.
Al ahora condenado se le incautaron trece armas reglamentarias y siete prohibidas, entre ellas un arma de guerra (fusil Cetme), que reconoció como propias durante el juicio. El tribunal ha valorado este arsenal de armas como circunstancia de la alta peligrosidad del acusado.
El tribunal admite que no disponía de un plan definitivamente urdido, tramado y menos aún terminado. Pero sí aprecia “una circunstancia que es indicativa de la alta peligrosidad que supone la determinación adoptada” por el acusado, “el arsenal de armas intervenidas al mismo entre las que se encontraron en su domicilio y en el vehículo, no obviando que su afición desde hacía muchos años atrás es el tiro, yendo continuamente a un club a practicar”.
Los magistrados recuerdan que la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la proposición para delinquir precisa de la decisión del proponente de cometer un delito determinado, sin que se exija “la aceptación de la propuesta”. Con ese prisma, para la Sala en los mensajes analizados queda acreditado que el acusado “cada vez con más ahínco, expresa con una fijación inquebrantable su voluntad de dar fin a la vida del presidente del Gobierno”.
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