Análisis
15 meses de inestabilidad y un futuro aún incierto
Pese a la consulta de Junts, todos los escenarios siguen abiertos: desde su continuidad en el Govern a la convocatoria de unas elecciones que nadie quiere
La espoleta de la última crisis del Govern estalló en el debate de política general. El presidente Aragonés se vio sorprendido por la petición de Junts de exigirle una moción de confianza si no se avanzaba hacia la independencia, y se sintió traicionado por su vicepresidente, Jordi Puigneró, que estaba al caso de la propuesta de su partido. No así el resto de consejeros de Junts. Aragonés dio un puñetazo en la mesa tras reunir a la cúpula de su partido y tener un encuentro de más de tres horas con Jordi Turull en el Palau de la Generalitat. Al finalizar, Aragonés cesó a Puigneró. Como convidada de piedra, la presidenta de Junts, Laura Borràs. No fue recibida por Aragonés, sabedor que con ella tiene poco de que hablar. Ahora, una vez decidido que Junts consultará sobre su futuro en el Govern a sus bases, la pregunta es: ¿Qué puede pasar?
Dos posturas para una consulta tensa.
La consulta puede ser la solución menos traumática para Junts, pero solo a simple vista. En los diferentes congresos realizados, los partidarios de Turull se han impuesto a los de Borràs. Pero abrir el melón aumentará el riesgo de ruptura en el partido donde la militancia, como suele suceder, es más radical que la dirección. Las dos almas, los antiguos convergentes y los talibanes, pueden enfrentarse y romper las costuras. Es fundamental saber si Turull y Borràs recomiendan el mismo sentido de voto. De momento, silencio.
Junts se rompe.
El partido de Puigdemont, en permanente reinvención y reconstrucción, se reunió durante todo el día con tres posibilidades sobre la mesa: cambiar consellers y vicepresidente –con Jaume Giró, consejero de Economía como principal candidato– para volver a la normalidad, convocar la consulta o romper de forma inmediata la coalición. La opción escogida: ganar tiempo. Consulta a la militancia pero dentro de una semana. Mientras intentar recoser el descosido. Ni Turull ni Borràs han indicado cuál es su posición. Dependiendo del debate no es descartable la ruptura de Junts per Catalunya entre los partidarios de continuar en el Govern, con condiciones seguramente, y los de romper. Al frente de estos últimos Laura Borràs; al frente de los primeros, una amalgama de intereses y, sobre todo, los actuales consellers. Jordi Turull tendrá la última palabra.
Junts se queda en el Govern.
Sería necesaria una remodelación de carteras pero, ¿hasta cuándo habría estabilidad con Junts en el Ejecutivo? La pugna por el liderazgo del independentismo, y el trauma de los posconvergentes de perder la Generalitat, seguirán y se agravará la crisis cuando se acerquen las municipales. En palabras del líder del PSC, el Govern «está en tiempo de descuento» y ciertamente es inoperante. Que Junts se quede no es garantía de estabilidad. Jaume Giró es el principal valedor de la opción de quedarse y el que más simpatías tiene en el bando republicano.
¿Elecciones?
Si Junts sale del Govern, ERC tendrá que gobernar con 33 diputados, totalmente insuficientes. Existe la posibilidad de que intenten seguir colaborando estrechamente con los Comunes y la CUP, pero los números dejan la continuidad en manos del PSC, una baza que Illa ha ofrecido pero a la que Aragonés muestra resistencias. ERC no es partidaria de nuevas elecciones; el PSC y los Comunes, tampoco. La crisis económica no ayuda a que se convoquen elecciones, pero en esta situación de colapso la aprobación de los Presupuestos queda en el aire. Solo sería posible con el apoyo de los socialistas, que nunca entrarían en el Gobierno. Tampoco lo harían los Comunes, lo que sería sinónimo de inestabilidad. La convocatoria electoral queda en manos de Aragonés. Las encuestas del Centro de Estudios de Opinión no se lo ponen fácil porque, si bien ERC mantiene el liderazgo en el independentismo, el PSC es el partido que más sube, pero sin posibilidad de gobernar.
¿Qué pasará en el Parlament?
El pleno del Parlament se retoma hoy para votar las mociones del pleno de política general. Entre ellas, la petición de Junts per Catalunya de que se someta a una moción de confianza. Socialistas y Comunes ya han dicho que votarán en contra. También la CUP y el PP han presentado mociones similares. La incógnita es que hará Junts. Aragonés quedará exento de presentarla.
¿Es posible una alianza ERC-PSC?
Los socialistas siempre se han mostrado partidarios de alcanzar acuerdos fuera del Govern. ERC niega esta posibilidad porque sabe que los socialistas son su principal adversario y en las municipales se la juegan. Pero es la única opción de estabilidad sumando también a los Comunes. ERC ha preferido una alianza independentista, pero esta opción ha fracasado. Primero, por la CUP, y ahora, por Junts. La entelequia de la mayoría del 52% se ha caído como un castillo de naipes en un año. Sin embargo, las «traiciones» de CUP y Junts han reafirmado a Aragonés en no dejar pasar ni una y no le tiemblan las piernas ante las acusaciones de traición por acordar cosas con el PSC. Si Aragonés da el paso, cambia radicalmente el tablero político catalán.
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