Toni Bolaño

Hoy puede ser un gran día

Feijóo debe evitar que la ventaja que le dan las encuestas se esfume

El presidente del gobierno Pedro Sánchez, y el líder del PP Alberto Nuñez Feijóo, durante una sesión de control en la Cámara Alta
El presidente del gobierno Pedro Sánchez, y el líder del PP Alberto Nuñez Feijóo, durante una sesión de control en la Cámara AltaFERNANDO ALVARADOAgencia EFE

«Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así. Aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti. Dale el día libre a la experiencia para comenzar. Y recíbelo como si fuera fiesta de guardar. No consientas que se esfume, asómate y consume la vida a granel. Hoy puede ser un gran día, duro con él. Hoy puede ser un gran día, donde todo está por descubrir. Hoy puede ser un gran día, date una oportunidad. Hoy puede ser un gran día, imposible de recuperar. Un ejemplar único, no lo dejes escapar. Pelea por lo que quieres y no desesperes si algo no anda bien. Hoy puede ser un gran día y mañana, también».

Esta es parte de la letra de una canción para la historia escrita por Joan Manuel Serrat. Nunca se imaginó el cantautor que les viene como anillo al dedo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un día en el que se juegan mucho en el Senado.

Tuvieron su primer mano a mano, su primera escaramuza, pero desde entonces muchas cosas han cambiado. El PSOE ha puesto pie en pared y está arremetiendo con dureza contra el líder popular y ha cuadrado argumentos con actuaciones concretas, como las medidas contra el precio de la energía o los Presupuestos Generales del Estado. El PP, por su parte, sigue erosionando a un Ejecutivo que tiene los frentes abiertos para hacer frente a una situación realmente compleja que no sólo afecta a España. Afecta a Europa y al mundo.

Estar en el Gobierno es complicado cuando el viento viene de frente, pero Pedro Sánchez sabe, como dice la canción, que debe aprovechar este debate porque depende de él hacerlo, y seguro que es un día imposible de recuperar. Debe aprovechar el debate para poner a Feijóo contra las cuerdas. Un Feijóo que debe darse su opor

tunidad y construir un relato alternativo, no solo un debe presentar argumentario destructivo. Si hace eso, se quedará corto, y debe cuidarse de preservarse de la autosuficiencia y del «esto está hecho».

Pedro Sánchez pelea por lo que quiere y no desespera, y el líder de los populares debe ponerse a esta altura si quiere consolidar una ventaja que ahora le dan las encuestas, pero que puede disolverse como si fuera un azucarillo si los socialistas consiguen reactivar a su, ahora, anodino y desmovilizado electorado.

Este es el objetivo final de los paquetes de medidas anticrisis del Ejecutivo de coalición, junto a la subida de impuestos a las grandes fortunas. El mensaje de que todos deben arrimar el hombro es asumido por una buena parte del electorado socialista, el cual todavía se refugia en el cabreo y que no tiene clara su participación electoral. Eso despega al PP, sobre todo en las provincias con menor representación, lo que le da un empujón de más de veinte escaños de salida. Pero esta ventaja puede ser etérea, de hecho lo es, y es tarea de Feijóo evitar que se esfume, tiene que darlo todo consumiendo todo lo que tiene a su alcance. Como en la canción, a granel.

Hoy es un ejemplar único, aunque no duden que alguno más habrá. Todo está por descubrir. No duden que Sánchez sorprenderá con algún paso más en la lucha contra la crisis económica. Y el líder del PP nos debe sorprender con un proyecto alternativo que ya no estará tan cerca de las bajadas de impuestos generalizadas de los conservadores británicos, que han dilapidado su capital en un tiempo que ha batido el récord de Pablo

Casado. Lo hemos de descubrir. Es su oportunidad, aunque no tiene que desesperar, si algo no anda bien, porque desde hoy todavía quedan 222 días para la celebración de las elecciones municipales y autonómicas.

Los que ya tenemos una edad nos acordamos de aquel anuncio de galletas: «222, la galleta que se pide por su número». Cuando éramos críos que te dieran una era un premio. Veremos quién se lleva el premio en el debate del Senado. Hoy puede ser un gran día. Para uno lo será, para el otro no, aunque ganar una batalla no es ganar la guerra.