Defensa

Así ofrece apoyo logístico la Armada a los peñones españoles en el norte de África y la isla de Alborán

El buque auxiliar Mar Caribe suministrará durante las tres próximas semanas agua, combustible y material diverso a los destacamentos permanentes del Ejército de Tierra

El buque Mar Caribe junto al peñón de Alhucemas. Foto: Armada
El buque Mar Caribe junto al peñón de Alhucemas. Foto: ArmadaLa Razón

El buque auxiliar Mar Caribe de la Armada ha iniciado una misión de apoyo logístico, la cuarta del año ya, a los distintos peñones de soberanía nacional del norte de África junto a la costa de Marruecos y la isla de Alborán.

La embarcación suministrará durante las tres próximas semanas agua, combustible y varias toneladas de material diverso a los destacamentos permanentes del Ejército de Tierra en la isla Isabel II del archipiélago de las Chafarinas y en los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera, encuadrados en la Comandancia de Melilla, y al destacamento de la Armada en la citada isla de Alborán, que depende del Mando de Acción Marítima de Cádiz.

El buque, bajo el mando del capitán de corbeta Jose María Valdés de Elizalde, cuenta con una dotación de 29 personas (4 oficiales, 4 suboficiales y 21 miembros de marinería y tropa). La base del Mar Caribe, el primer buque de la Armada con este nombre, es la Estación Naval de Puntales en Cádiz.

“Este apoyo logístico completa las necesidades de habitabilidad en dichas plazas”, explica la Armada. El Mar Caribe está preparado para abastecer a zonas de difícil acceso donde se requieren de maniobras muy precisas como es el caso de los peñones. Tras esta misión, el buque regresará a su puerto base para descanso de la dotación durante las festividades navideñas.

Territorios españoles
Territorios españolesAntonio Cruz

Un buque con casi 50 años

El Mar Caribe fue construido en la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera S.A. situada en Gijón (Asturias). Inicialmente se trataba de un buque remolcador civil de nombre Amatista, que fue botado el 17 de marzo de 1974 y entregado a su primer armador, la Naviera Auxiliar Marítima, en 1975. Comenzó su vida naval como buque de suministros especiales, destinado al aprovisionamiento y apoyo de plataformas petrolíferas, así como a participar eventualmente en el remolque y fondeo de estas plataformas.

A principios de 1989, tras ser entregado a la Armada queda oficialmente designado como Buque de Apoyo Logístico y pasa a ser denominado Buque Auxiliar Mar Caribe, con la misión principal de dar apoyo logístico a islas y peñones de Soberanía Nacional en el norte de África, en estrecha colaboración con el Ejército de Tierra.

“Hay un origen común del Peñón de Vélez de la Gomera, la Isla de Alhucemas, las Islas de Tierra y Mar y la propia Isla de Alborán. Están relacionadas con el control de la piratería berberisca, y en el contexto histórico de la lucha por el control del Mediterráneo entre el Imperio Otomano y la Monarquía hispánica de Felipe II. Hay que tener en cuenta que muy cerca de Melilla, en la Laguna de Mar Chica, como en La Goleta (Túnez), invernaban las galeras otomanas”, explica el historiador Vicente Moga, residente en Melilla, que se confiesa un “enamorado” de estos islotes: “El caso de Chafarinas es muy distinto, porque ya se ocupan en la época de Isabel II, hacia 1848, y también constituye un pequeño archipiélago”, compuesto por las islas del Congreso, Isabel II y del Rey Francisco.
Hoy en día estas plazas de soberanía están controladas por “pequeños destacamentos militares que se van renovando cada cierto tiempo. “Valor patrimonial natural solo tiene Chafarinas, que está considerada como reserva de caza y en las que se han realizado distintas campañas de prospecciones arqueológicas”.

Vélez y su frontera “surrealista”

Como curiosidad, este profesor de la UNED destaca que, “en realidad, el Peñón de Vélez de la Gomera no es un peñón, porque está unido por un istmo a la costa de Gomara, ya que en realidad esta localidad se llama Gomara y no Gomera. Además, tiene una de las fronteras más surrealistas que yo he visto, porque es un mojón, que está allí en la arena, a unos 25 metros del propio peñón, con la pintura de la bandera española”.
En los peñones, los soldados se encargan de funciones de defensa y de seguridad al tener encomendada como misión principal la vigilancia de la zona marítima asignada para detectar a la mayor distancia posible la presencia de embarcaciones con inmigrantes o de barcos pesqueros. También se encargan del mantenimiento de las islas, lo que incluye la realización de trabajos como desbroce de caminos, pintura, albañilería y otros semejantes.

Marruecos los reclama

Y las protegen, entre otros motivos, porque nuestro vecino del sur, Marruecos, lleva décadas reclamando estos enclaves y otro más, el islote de Perejil, famoso por el intento de ocupación por militares marroquíes en 2002, que llegaron incluso a apuntar con sus fusiles y gritar a los guardias civiles que trataban de impedirlo: «Marchaos, esto no es tierra española». «Asaltos» de este tipo se han repetido de forma esporádica en los últimos años, como en 2012, cuando varios miembros del «Comité para la liberación de Ceuta y Melilla» trataron de colocar la bandera de Marruecos en el Peñón de Vélez de la Gomera. Siempre, sin consecuencias ni altercados.
Así que para defender unos territorios que ocupan en su conjunto menos de 1 kilómetro cuadrado, España cuenta con presencia militar permanente en ellos (unos 30 militares), salvo en Perejil. Efectivos de las principales unidades de la Comandancia General de Melilla se despliegan en rotaciones de uno a dos meses para custodiarlos. Todos pertenecen al Ejército de Tierra, pero operativamente dependen del recientemente creado Mando Operativo Terrestre del Mando de Operaciones. Todas estas plazas cuentan con el apoyo logístico tanto de la Compañía de Mar del Ejército en Ceuta como de un Patrullero de la Armada basado en Melilla, además de por los helicópteros del Ejército de Tierra.

Los enclaves

En Vélez de la Gomera, un enclave de poco más de 412 metros de largo por 140 de ancho y 87 de altura, la principal unidad que lo habita es el Grupo de Regulares de Melilla nº52. Situado a 121 kilómetros de Melilla, a 119 de Ceuta y a 151 kilómetros de la Península, son estos militares los únicos que ocupan este pequeño pueblo ubicado en un minúsculo peñón y que llegó a tener 1.000 vecinos.
El mismo número de efectivos se despliega en la isla Isabel II de las Chafarinas, archipiélago que también incluye las islas Congreso y Rey Francisco. Con una extensión total de 0,5 kilómetros cuadrados y situadas a poco más de 3,5 kilómetros de las costas marroquíes, a 45 de Melilla, a 268 de Ceuta y a 168 de la Península, estas islas forman parte de España desde 1848 y llegaron a tener 2.000 habitantes, teatro, casino o iglesia. Pero ahora los únicos que la pisan son los militares, representados por el Tercio «Gran Capitán» 1º de la Legión. Aunque al ser una Zona de Especial Protección para las Aves y Refugio Nacional de Caza, también la visitan científicos con asiduidad.
En el caso de Alhucemas, apenas 120 metros separan uno de sus tres islotes (Tierra) de la costa marroquí, aunque el Peñón, el único habitado, dista 600 metros. El tercer islote es el Mar. El territorio español más cercano es Melilla, a 86 kilómetros, mientras que de la Península está a unos 160 kilómetros. Bajo soberanía española desde 1673, llegaron a vivir de 400 personas, pero en la actualidad sus únicos pobladores son los miembros del Regimiento Mixto de Artillería nº32.
En los destacamentos, los uniformados se encargan principalmente de protegerlos y mantenerlos, pero también de ayudar a los inmigrantes que tratan de alcanzar Europa. Eso sí, con los años la comodidad y habitabilidad ha mejorado. Cada semana suele llegar un helicóptero con alimentos y material necesario, mientras que el agua y el gasoil lo hacen por mar. Y cuentan, entre otros, con desaladoras o con una planta fotovoltáica en Chafarinas.