Tomás Gómez

Sánchez y Feijóo se la juegan

La realidad es que, hasta el momento, para Sanchez no ha tenido coste en las urnas y a eso se agarra la maquinaria monclovita.

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro SánchezAlejandro Martínez VélezEuropa Press

Definitivamente los dos grandes partidos han tomado estrategias radicalmente diferentes de cara a los procesos electorales del 2023.

Sánchez ha decidido reeditar la confrontación de los dos bloques que le llevó a Moncloa. Aunque desde Ferraz se afanan en indicar que los candidatos autonómicos son libres de establecer su propia táctica, la realidad es que la apuesta federal deja sin margen de maniobra a los barones.

Las encuestas no van bien. El análisis más adecuado que puede hacerse de ellas es que los pactos con los independentistas y la tensión con el poder judicial en general, y el Tribunal Constitucional en particular, pueden suponer un voto de castigo. Pero los sondeos no son más que especulaciones vestidas en forma de previsión.

La realidad es que, hasta el momento, para Sanchez no ha tenido coste en las urnas y a eso se agarra la maquinaria monclovita.

A Feijóo, por su parte, no se le dado demasiado bien la mudanza a Madrid. Ha visto en unos meses como la trituradora de la política nacional le ha desgastado más que veinte años en la Xunta. Pero lo que no ha perdido el gallego es su convicción de que las elecciones se ganan con una imagen de centro y practicando políticas de derechas.

El fichaje de Borja Sémper es todo un botón de muestra de lo que quiere transmitir. El guipuzcoano es un activo político que representa la moderación y que se pone al servicio del líder popular. La idea de Feijóo es arañar el voto socialista más centrado.

Sin embargo, con Vox le queda un asunto feo que lidiar. En el mejor de los pronósticos, necesitaría a la extrema derecha como socios de gobierno, algo difícil de compatibilizar con la idea de un proyecto de moderación. Un acercamiento con Vox puede retraer a muchos electores llegado el momento.

En ese sentido, Sánchez le lleva ventaja, porque da amortizado el coste de ser elegido presidente sin ser el más votado y con el apoyo de nacionalistas, regionalistas e independentistas, algo en otro tiempo inaceptable para el PSOE. Solo tiene que limitarse a que la suma de su bloque tenga un diputado más.

Sánchez y Feijóo son muy diferentes, pero hay un elemento que los iguala: ambos se la juegan en el 2023, dentro de un año, uno de los dos lideres habrá abandonado la arena política. Solo queda por saberse que estrategia de las dos dará frutos.