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El acuerdo Illa-Aragonés rompe la política de bloques y certifica la muerte del “procés”

La sentencia sobre los fugados por parte del Tribunal Europeo obligó a esconder el acuerdo hasta hoy

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se ha salido con la suya y ha conseguido un acuerdo con el PSC de Salvador Illa en materia presupuestaria que da aire a la legislatura. Aunque, ciertamente sería más certero decir que el líder del PSC se ha salido con la suya y ha alcanzado un acuerdo de gobierno en el que los socialistas han conseguido todos sus objetivos desde la ampliación del aeropuerto, el desbloqueo del cuarto cinturón, el proyecto del Hard Rock Café, un plan sanitario dotado con más de 1280 millones de euros, el traspaso de Cercanías, el desbloqueo de las energías renovables, en las que Cataluña va a la cola de toda España, y las garantías para la agricultura de proximidad en el Baix Llobregat con inversiones directas.

Illa y Aragonés formalizaron la firma en el Palau de la Generalitat de un acuerdo que rompe la política de bloques por vez primera desde 2011. El vano esfuerzo, casi ridículo, de Junts per Catalunya ofreciendo un acuerdo con ERC si se rompía el pacto con el PSC y se recuperaba la unidad independentista llegaba tarde tras semanas de ninguneo y menosprecio a Pere Aragonés negándole el pan y la sal.

El acuerdo se cerró el martes, pero la sentencia sobre los fugados por parte del Tribunal Europeo obligó a esconderlo hasta el miércoles. Aragonés dio todo el protagonismo al PSC. Illa compareció a las 9 de la mañana en el Parlament y el acuerdo se filtraba por los servicios de prensa del PSC unos minutos antes. Después de meses de tiras y aflojas llegaba el ansiado acuerdo para el president Aragonés que con 33 diputados poco podía hacer.

La ruptura estuvo cerca varias veces. Primero cuando Aragonés pactó con los Comunes, que amenazaron con romper el acuerdo si el PSC proponía temas tabú como el aeropuerto o el cuarto cinturón. Segundo, cuando Aragonés trató de puentear a Illa con Pedro Sánchez y, tercero, cuando los republicanos señalaron a los socialistas de falta de voluntad política. Illa, el hombre tranquilo, ni se inmutó, pero si marcó la línea roja: los presupuestos se pactan con el PSC y no con el PSOE.

Tras las escaramuzas de ruptura se recuperó la confianza entre ambos líderes y se plasmó en el harakiri de Aragonés en el Parlament aceptando algo impensable: ERC apostaría por el cuarto cinturón, un proyecto de años nunca ejecutado que descongestionará carreteras y unirá sin pasar por Barcelona a las tres comarcas más industriales del país que gestionan una gran movilidad de ciudadanos: Baix Llobregat y Vallés Occidental y Oriental. El trágala para ERC monumental. Siempre han estado en contra y la plataforma contra la B-40 está liderada por su candidato en Sabadell.

Si la primera consecuencia del acuerdo es la ruptura de bloques, la segunda es el impacto electoral en las municipales en el Vallés Occidental -Sabadell y Terrassa como epicentro- y en el Baix Llobregat. En esta comarca, ERC había hasta buzoneado pasquines contra la ampliación del aeropuerto y la conselleria de Agricultura había anunciado una ZEPA -Zona de protección de aves- que doblaba su extensión y arruinaba a la industria agroalimentaria del Baix Llobregat. Ahora esta ampliación decae y el Govern se implicará en la ampliación que tiene presupuestados 1700 millones. La aprobación de las cuentas da aire a Aragonés que contará con 3000 millones adicionales para afrontar las necesidades en educación y sanidad que tienen a sus trabajadores en pie de guerra. La inminencia del acuerdo llevó la noche del martes a la desconvocatoria de huelga.

Una tercera consecuencia del acuerdo: pax romana entre PSOE y ERC en el Congreso de los Diputados. ERC fantaseaba con hacer la vida imposible a Pedro Sánchez en lo que quedaba de legislatura, pero era más deseo que realidad. Sin embargo, tener a ERC con el viento a favor en la ley de vivienda, ley del Sí es Sí y ley mordaza da al Gobierno de Sánchez mayor estabilidad.

Queda un tema pendiente que no está firmado en este acuerdo. El presidente Sánchez se lo recordó a Aragonés en el debate del Senado: la mesa de partidos catalanes. Aragonés se resiste a esta petición de los socialistas que Illa demanda de forma constante. Ahora no lo tendrá tan fácil porque sabe que su único socio estable y “de fiar” es el PSC. El gobierno republicano ha enterrado definitivamente la unidad de los independentistas certificando la “muerte del procés”, que tanto niegan, porque la deslealtad de la CUP y de Junts con el Govern y su obcecación manteniendo el camino de la confrontación que no lleva a ningún sitio han puesto punto y final a una forma de hacer del independentismo. ERC apuesta por un entendimiento con las izquierdas españolas y por la vía de la negociación. Los socialistas también frente a la derecha catalana y española que quisieran mantener la tensión porque se retroalimentan.