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Alicia Sánchez-Camacho: «Mas no da marcha atrás, sólo busca ganar tiempo»

Alicia Sánchez-Camacho: «Mas no da marcha atrás, sólo busca ganar tiempo»
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«Detecto una gran preocupación en Cataluña. Muchísima gente está planteándose irse por la deriva independentista de Convergència»

–El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha planteado esta semana la posibilidad de no hacer la consulta soberanista en 2014, sino mediante unas elecciones plebiscitarias en 2016. ¿Cree que está rehaciendo su hoja de ruta hacia la independencia?

–Mas está haciendo un ejercicio de tacticismo político. Lo que ha hecho Mas es trasladar que está obligado por sus socios de ERC a hacer la consulta. Como él no hará nunca una consulta ilegal intenta cumplir con todos. Al socio le dice que su voluntad es hacer la consulta, pero luego culpabilizará al Gobierno de España de que esa consulta –que sabe que no se podrá hacer– no será posible. Se justifica ante su socio. Lo que ha hecho ahora es una modificación de la hoja de ruta en la que ha retrasado el momento del independentismo porque se ha dado cuenta de que su agenda política está en manos de la Asamblea Nacional de Cataluña, de la señora Forcadell, ex concejal de ERC, y de ERC.

–¿Sólo busca ganar tiempo?

–Efectivamente. Ha querido dar un golpe de timón, que es sólo una escenificación, porque lo que quiere es ganar tiempo para cumplir el mismo objetivo y la misma meta, que es la separación y el independentismo. Por eso, lo que yo le pido es que no haga ninguna consulta ilegal que nos divida entre catalanes de primera y catalanes de segunda y que lleve a Cataluña a la independencia obligando a que muchos catalanes que queremos seguir siendo catalanes y españoles tengamos que irnos por nuestro signo político.

–En todo caso, si el planteamiento de Mas es realizar unas elecciones plebiscitarias en 2016, ¿cree que va a poder agotar la legislatura teniendo en cuenta que ERC exige la consulta soberanista en 2014?

–De momento, lo que ha hecho Mas es retrasar el escenario. Estaba contra las cuerdas en una estrategia política que él mismo había impulsado después de su fracaso electoral y que era la hoja de ruta independentista 2014. Ahora busca otra huida hacia adelante para ganar tiempo, tranquilizando al Gobierno de España diciéndole que no habrá una consulta ilegal. En ese tiempo esperará que haya una recuperación económica y si al final el socio de ERC quiere romper, buscará a otro. Lo que está haciendo es modular el discurso, pero Convergència ya es la Convergència independentista y no hay marcha atrás. Es decir, en el camino independentista en el que Mas nos ha situado lleva a CDC a que no haya marcha atrás porque ya no es la Convergència del «pal de paller» (definición que se dio a la CDC de Jordi Pujol para significar que su partido era una especie de columna vertebral de Cataluña).

–En caso de que ERC le retirara el apoyo, los otros socios posibles, según la aritmética parlamentaria, serían PP o PSC. ¿Su partido estaría dispuesto a ayudar en algún momento a Artur Mas?

–El PP le pide formalmente a Mas que no haga una marcha atrás parcial y táctica sino que abandone definitivamente el rumbo separatista de su gobierno. Si no hay un abandono firme de esa política, el PP no puede estar ayudando a un Gobierno que lo que busca es dividir y que está llevando a los catalanes al mayor desafío de fractura social de nuestra historia. Yo no había vivido hasta ahora fracturas y divisiones en familias, entre amigos, empresas, partidos políticos y situaciones que están preocupando. Detecto una gran incertidumbre y preocupación social en Cataluña, con muchísima gente que está planteándose irse porque está habiendo una deriva independentista muy evidente del señor Mas.

–Parece fácil intuir la respuesta de Rajoy a la carta de Mas: no a la consulta soberanista, no cabe en la Constitución. ¿No es así?

–En todo momento el señor Mas sabe la respuesta del señor Rajoy. El presidente de la Generalitat sabe que no se puede hacer posible lo imposible. Y lo ilegal es ilegal y no hay manera de modificarlo. La consulta es ilegal porque la soberanía nacional reside en el pueblo español y es el pueblo español el que decide sobre su futuro. Hemos estado 500 años juntos y vamos a seguir 500 años más. Por eso no hay posibilidad ninguna de aceptar una consulta ilegal. Lo que quiero es hacer desde el PP una política no de frontismo, sino de concordia, porque es mejor seguir juntos que seguir separados. Tiene que ser un mensaje positivo: el de la convivencia y el de la concordia frente a los que nos llevan a la exclusión.

–En la respuesta de Rajoy, ¿le planteará algo sobre el tema de la financiación?

–Yo no conozco la respuesta del presidente del Gobierno porque es a él a quien corresponde darla a conocer de manera institucional. Evidentemente he trabajado mucho con el presidente del Gobierno sobre éste y otros temas. Lo que creo es que lo va a emplazar hacia una vía de diálogo leal con respeto y con cumplimiento a la legalidad. Evidentemente, el Gobierno de España ya ha dicho que está dispuesto a revisar el modelo de financiación y creo que el camino que le permitirá a Mas rectificar el rumbo separatista es el del diálogo y de la mejora de la financiación en Cataluña. Es el único camino posible. Todo lo demás son parches o ejercicios tácticos, pero el objetivo seguirá siendo el mismo: la separación y la independencia.

–¿Puede llegar a consumarse la independencia de Cataluña?

–Yo quiero alertar de que el anuncio de las elecciones plebiscitarias de 2016 es una parte del guión que les va a permitir el proceso constituyente en Cataluña. El señor Mas no puede hacer ahora una declaración unilateral porque no estará bien vista en Europa si no se ha escuchado la voluntad de los catalanes. Como sabe que no le van a dejar realizar la consulta ilegal y ya ha anunciado que la consulta será plebiscitaria, después de 2016 comenzaría la declaración institucional de independencia, la creación de una Constitución propia catalana y la creación de un proceso constituyente en Cataluña. Por eso, lo que está haciendo el señor Mas es muy peligroso y tenemos que ser conscientes. Alerto a quienes crean que es una marcha atrás de que esto es ganar tiempo porque no puede ir con la voluntad del pueblo catalán si hace una consulta ilegal.

–¿Existe la posibilidad de que Mas se salga con la suya y consiga esa mayoría en 2016 o cree que antes se partirá CiU?

–Creo que es el objetivo del señor Mas, pero en política en tres años pasan muchas cosas y él tiene muchos problemas internos. Creo que cada vez es más evidente que cuando algunos en CiU decían que la unión entre Convergència y Unió era más sólida que nunca, las declaraciones del señor Mas convocando o anunciando unas posibles elecciones para 2016 se han visto forzadas por la debilidad de la relación entre CDC y UDC. Ahí puede producirse una posible ruptura entre ellos o también con ERC. En ese guión escrito de la independencia se pueden producir muchas circunstancias. La más importante para mí es que la mayoría de los catalanes no está a favor de una independencia. Cuando haya una recuperación económica y la gente vea la manera de gobernar del PP tomando medidas para sacar a Cataluña de la crisis, mientras que aquí el Gobierno sólo tiene como agenda la independentista, los catalanes tienen mucho sentido común y saben que el proceso independentista perjudica la economía.

–¿Puede el PP ganar votos de un votante de CiU que apuesta por un partido de centro y políticas económicas liberales?

–Sin duda. Creo que el PP catalán, que ha tenido los mejores resultados de su historia, ante el resultado de las profundas reformas estructurales del Gobierno de España, que van a permitir que Cataluña vuelva a ser el motor económico y salga de la crisis, permitiendo una bajada de la presión fiscal. Estoy convencida de que esto va a permitir muchos apoyos de catalanes moderados que antes tenían como opción Convergència. Si eso ocurre, si el PP en el ejercicio de regeneración democrática después de finalizado el proceso del «caso Bárcenas», del proceso de transparencia y del resultado de nuestras políticas económicas, podemos liderar el centro derecha en Cataluña.

Una trayectoria en constante ascenso y sin techo a la vista

Alicia Sánchez-Camacho (Barcelona, 1967) ha conducido al PP catalán a los mejores resultados de su historia en Cataluña y está convencida de que su formación todavía puede superarse. Sin embargo, la tarea de Sánchez-Camacho no está exenta de tensiones. Desde que Artur Mas puso en marcha el proceso soberanista, el clima político se ha ido extremando en Cataluña y la dirigente popular no se siente cómoda. Mantiene con firmeza sus posturas, pero le disgusta la pesada carga que supone defender en Cataluña los postulados del PP. La dirigente del PP catalán evita pronunciarse sobre su futuro político. Se siente orgullosa de haber tomado las riendas de un partido que vivía una división enorme en el año 2008 y de poder decir, cinco años después, que no hay familias ni sectores críticos en el partido. Hoy por hoy, está plenamente consolidada y nadie le puede discutir que ha sido la candidata que mejor ha funcionado en las urnas. En el bienio 2010-2012 trató de entenderse con Artur Mas para equilibrar las maltrechas finanzas de la Generalitat. Ahora su papel ha cambiado porque el líder de CiU ha puesto un rumbo imposible de compartir para alguien que, como ella, se siente tan catalana como española. No piensa dar ni un solo paso atrás mientras los nacionalistas mantengan el órdago soberanista y cree que Mariano Rajoy va a saber dar respuesta al desafío sin provocar más fracturas en la convivencia entre todos los catalanes.