Caso Bárcenas
Bárcenas habría ideado un sistema para engañar al PP y a los donantes
No hay duda que una de las preguntas claves del «caso Bárcenas» es cómo un tesorero de un partido político ha conseguido acumular la fortuna que, por el momento, se le conoce. Esta pregunta, y alguna más, se la hacen también insistentemente en las filas populares.
El lunes será un día decisivo, ya que Luis Bárcenas ha sido de nuevo citado a testificar para ver si rectifica la declaración anterior en la que negaba la existencia de una doble contabilidad en el PP. En Génova mantienen la confianza en que al final el juez Ruz acabe archivando el caso de los «papeles» o que se quede muy rebajado, pero también llegan a sostener que ahora ya «toda la operación está en manos del director de «El Mundo». Una explicación en la que justifican la incertidumbre que se siente dentro del «cuartel general» del partido.
La cúpula ha llevado la gestión de este problema con mucho celo y el núcleo que ha estado en todas las decisiones es muy estrecho, a veces ni ha llegado a abarcar a todo el Comité de Dirección del PP. La secretaria general, María Dolores de Cospedal ha sido enlace con La Moncloa, un «papel» que también le ha tocado al vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas.
En la sombra
En esta coyuntura interna y bajo el intenso ruido exterior que presiona en todas las direcciones, en Génova dan sentido ahora al escándalo de Bárcenas colocándole en la cúspide de un supuesto «sistema» que habría estado funcionando en la sombra y sin que los controles internos lo detectaran. Explican que como «número dos» de la tesorería hasta junio de 2008, fecha en la que asume la responsabilidad de tesorero nacional, su obligación era reportar directamente a Álvaro Lapuerta.
¿Y la Secretaría General? ¿Y la Presidencia del PP? «Sólo a Lapuerta», insisten categóricamente. En 2008 Bárcenas acumulaba a sus espaldas 26 años como gerente. ¿Engañó también a Lapuerta durante todo ese tiempo? Para esta pregunta la impresión mayoritaria es que sí, pero es una sensación porque en el «aparato» popular no hay mucha más información que la que ha trascendido en público. Más la que añade, eso sí, ver en el día a día el funcionamiento de la estructura. Un veterano dirigente del PP sostiene estos días que el enredo ha llegado a un punto en el que «el lío es tal que como en las películas de intriga, los buenos empiezan a confundirse con los malos».
Habrá que esperar, por tanto, a ver si el desenlace que marque el magistrado Pablo Ruz coincide con la explicación que sostienen en Génova. La de que Bárcenas creó este sistema por el que «engañaba al partido con las donaciones y también a los propios donantes». Un sistema del que no empezaron a tener sospechas –dicen– hasta que conocieron la comisión rogatoria y Suiza informó a finales del pasado año de que Bárcenas consiguió acumular hasta 22 millones de euros en varias cuentas en ese país.
En este relato de Génova sobre los «tejemanejes» de Bárcenas, el ex tesorero utilizó supuestamente la contabilidad en paralelo que fue elaborando para introducir apuntes que le permitieran justificar ciertos pagos y, además, para «cubrirse las espaldas con anotaciones falsas que le sirvieran en el futuro como instrumento de presión» en su defensa. ¿Lo hizo solo? La respuesta del PP es que sólo sus «cómplices», sus «amigos», estaban al tanto. ¿Quiénes?... Para confirmar esta hipótesis habrá que esperar a lo que dictamine la Justicia.
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