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Congreso

El bloqueo de Junts deja a Sánchez sin agenda propia

Algunos socios insisten en que habría que presentar los Presupuestos, aunque decaigan.

Junts volvió a propinar ayer un duro e inesperado golpe a Pedro Sánchez. Para demostrar que la ruptura con el Gobierno va en serio, el partido independentista anunció que bloqueará por defecto todas las leyes del Ejecutivo que se estén tramitando o que se vayan a tramitar en el Congreso de los Diputados, donde sus siete escaños tienen el poder de decidir de qué lado cae la moneda legislativa.

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Si Junts cumple con su palabra, y ya ha llegado demasiado lejos como para no hacerlo, la situación en la Cámara Baja será de bloqueo absoluto. A partir de ahora, si Sánchez quiere aprobar algún tipo de medida tendrá que apoyarse en el PP o en Vox, algo altamente improbable para la mayoría de las normas. Este movimiento ha dejado al presidente del Gobierno sin agenda propia y acerca irremediablemente la posibilidad de un adelanto electoral. Aunque Sánchez ya habló de gobernar "con o sin el concurso" del Legislativo, no puede permanecer absolutamente inactivo hasta el final de la legislatura, en 2027.

El anuncio de Junts llega dos semanas después de que Carles Puigdemont anunciara la ruptura de todas las negociaciones con el PSOE. Entre los independentistas cunde la sensación de que Sánchez y los suyos no les estaban tomando en serio, porque prácticamente ni reaccionaron a su anuncio. Míriam Nogueras lleva días exigiendo a Sánchez que "explique cómo va a seguir gobernando" y ante el silencio del presidente ha aparecido este nuevo pulso.

Fuentes de Junts explican en privado que están en un escenario de "rotura absoluta" y que no ven ningún margen para encauzar la relación con el PSOE. "No habrá diálogo, ni negociaciones. Hay cero margen, ninguno", trasladan de forma insistente. Sin embargo, descartan que se vayan a sumar a una moción de censura con el PP y con Vox. Saben perfectamente que acercarse a la derecha española les puede pasar la misma factura en Cataluña, donde compiten con Aliança Catalana, que haber sido hasta ahora socios de Sánchez.

Las fuentes postconvergentes también dan por hecho que sus pactos con el PSOE nunca se cumplirán. En concreto, ya han asumido que el catalán nunca será un idioma oficial de la Unión Europea. Hacen un importante esfuerzo en trasladar que su bloqueo no boicotea este tipo de medidas, sino que apuestan por el bloqueo porque ven que nunca sucederá.

Desde Moncloa insisten en no reaccionar ante los aspavientos de los postconvergentes. "Mano tendida, siempre. El Gobierno mantiene su disposición abierta al diálogo y el entendimiento con todos los grupos parlamentarios dispuestos a mejorar la vida de la gente, en Cataluña y en el conjunto de España", afirman fuentes del Ejecutivo. Sin embargo, el golpe de Junts puede darle donde más duele.

Con el bloqueo, por ejemplo, el Gobierno no podrá sacar adelante partes importantes de su programa como el plan de regeneración democrática o el plan contra la corrupción. Ambos están nutridos de leyes que necesitan una tramitación parlamentaria, algunas normas incluyo ya se están tramitando y quedarán bloqueadas. Tampoco podrá cumplir con los acuerdos que hay con otras formaciones, como el pacto de coalición con Sumar u otros pactos puntuales con sus socios parlamentarios.

Ni siquiera se podrán aprobar normas de cariz social, que era la principal apuesta de Sumar para intentar sortear el veto de los de Puigdemont, el presentar leyes a las que simplemente no puedan decir que no. Esta era la esperanza de algunos sectores de la izquierda que esperaban poder ganar terreno con medidas que puedan contentar a su electorado. Además de todo esto, también peligra la transposición de varias directivas europeas, lo que podría poner en riesgo la recepción de algunos fondos europeos.

Además, la situación de bloqueo absoluto recorta el margen para que Pedro Sánchez pueda recuperarse de cara a un adelanto electoral a mediados de 2026. Ahora, en la izquierda, son conscientes de que ir a las urnas conduciría a una victoria sin paliativos de la derecha. Pero si no se pueden pelear iniciativas, la posibilidad de recortar distancia queda muy reducida.

A pesar de esta situación, algunos socios parlamentarios del PSOE consideran que Sánchez debería presentar igualmente los Presupuestos, aunque se da por hecho que no saldrán adelante. Ya antes del portazo de Junts era un escenario muy complicado, porque Podemos pedía unas medidas prácticamente imposibles de cumplir y Junts no era un socio fiable.

Sin embargo, creen algunos socios que presentarlos obligará a las formaciones a retratarse y que la derrota parlamentaria se puede convertir en una victoria política. Si por ejemplo hay muchas partidas para Cataluña, será Junts el que tenga que explicar por qué decide tumbarlos. Incluso el PNV, que suele estar al margen del resto de socios, pidió hace dos semanas presentar las cuentas generales para intentar rearmar de alguna forma la mayoría parlamentaria en torno a un proyecto en concreto. Pero cada día parece más difícil.