Ciudadanos

C’s quiso ratificar el pacto para investir a Rajoy con otra firma pública

El PP le traslada que pondrán en «valor» el acuerdo de investidura en el discurso de Rajoy en el Congreso. La dirección popular evita cualquier gesto que pueda interferir en la recta final del debate socialista

Hernando y Girauta, en la firma del pacto que tuvo lugar el día 19 de agosto de este año
Hernando y Girauta, en la firma del pacto que tuvo lugar el día 19 de agosto de este añolarazon

El portavoz de Ciudadanos en el Congreso planteaba rubricarlo en un acto con su homólogo popular, como hizo en agosto. La dirección del PP le traslada que lo «pondrán en valor» en el discurso del presidente, que ofrecerá acuerdos al PSOE

Ciudadanos (C’s) veía con buenos ojos la posibilidad de que en estos días previos a la investidura de Mariano Rajoylos dos partidos ratificasen de nuevo el pacto con el que el líder popular se presentó a finales de agosto ante el Congreso, aunque no consiguió la confianza de la Cámara. Después de aquella investidura fallida, desde las filas de la formación naranja se alimentó en un primer momento la confusión sobre la vigencia de ese acuerdo, decisión que incluso sometieron de nuevo a ratificación de su consejo de dirección. Ahora, sin embargo, en este contexto político en el que el foco está puesto en el PSOE, y después de aquellos amagos iniciales, en el partido de Albert Rivera se inclinan a favor de poner en valor ese acuerdo, un gesto que les conviene, además, para recuperar protagonismo. El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, y el del PP, Rafael Hernando, han conversado en las últimas horas y, en principio, al menos de momento, la posición que ha trasladado Hernando es que esa puesta en valor del acuerdo la harán con declaraciones y la hará también Rajoy en su discurso ante el Congreso. Pero no con actos o fotos.

Así que salvo que cambie el guión hasta ahora escrito, Ciudadanos se quedará sin foto, porque en el PP imponen la prudencia. No quieren interferencias en el debate final de los socialistas en su viraje a la abstención ante un Gobierno popular. Las dos partes dicen quedarse conformes, aunque habrá que ver cómo se concreta la relación una vez que la legislatura eche a andar y haya un nuevo Ejecutivo popular.

Esta relación ha estado bastante marcada por la desconfianza a raíz de la decisión de Albert Rivera de convertir en eje de su posición política y electoral la exigencia de la cabeza de Mariano Rajoy. Una postura que rectificó después de que las elecciones generales de junio colocaran al alza al PP, como lista más votada, y a la baja a su propia formación política. La negociación tampoco sirvió para que Rajoy y Rivera acercaran personalmente posiciones. Sí ha ocurrido con otros dirigentes de los dos partidos partícipes de la comisión que alumbró el acuerdo, pero entre Rajoy y Rivera hay el entendimiento justo. No es una diferencia generacional, sino más de carácter.

No obstante, Rajoy solemnizará ante el Congreso de los Diputados su compromiso con las reformas pactadas con los de Rivera. E intentará afianzar el compromiso con este partido para garantizarse una posición mínima de fuerza en el combate parlamentario al que tendrá que enfrentarse en la nueva etapa. Y eso a pesar de que en el PP son bastante escépticos sobre las posibilidades de que esta alianza vaya mucho más allá. Descartan, por supuesto, que acepten colaborar en el Gobierno, y cuentan con que Rivera buscará «apuntarse los tantos de los acuerdos y diferenciarse siempre que pueda para tener una posición propia». Pero en los grandes asuntos confían «en que la responsabilidad, y hasta su propia supervivencia política, para no incurrir en contradicciones con ellos mismos», les facilite contar con su apoyo.

Rajoy se enfrenta a una Legislatura complicada. Pero también Rivera. Ha perdido posición política y discurso en medio de la refriega para romper el bloqueo político. Y las elecciones del 26-J confirmaron los temores a que la situación estuviera reforzando el voto útil en favor del PP. Su reto es contener la fuga de votantes más cercanos al PP y que en la primera Legislatura de Rajoy emigraron hacia sus siglas por decepción o desafección con la gestión de gobierno de los populares. De momento, su estrategia es sacar pecho por las condiciones que han fijado al PP, las 150 reformas pactadas con ellos. Ayer Rivera destacó que esas reformas son la única hoja de ruta para el próximo Gobierno de Rajoy, habida cuenta de que el PSOE, finalmente, ha decidido abstenerse en la votación sin pedir nada a cambio, informa Ep. En rueda de prensa, señaló que ha llegado «el momento de hacer valer lo que hizo Ciudadanos» en los últimos meses, «negociar y exigir reformas». «Ahora somos el único partido con esa capacidad de influencia sobre el Gobierno», concluyó.