Suiza

Castro se adelantó a la acusación popular con la imputación de la Infanta

El juez de «Nóos» sabía que Manos Limpias iba a pedirle de nuevo dentro de unos días que la citase a declarar

La Infanta Cristina está pendiente de la decisión de la Audiencia Provincial de Palma sobre su imputación
La Infanta Cristina está pendiente de la decisión de la Audiencia Provincial de Palma sobre su imputaciónlarazon

De una manera u otra, el juez José Castro, instructor del «caso Nóos», debía pronunciarse este mes sobre la imputación de la Infanta.

De una manera u otra, el juez José Castro, instructor del «caso Nóos», debía pronunciarse este mes sobre la imputación de la Infanta. En una decisión de ese calado, y sabedor de que esta vez no contaba con el apoyo del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, Castro podía haber esperado a que alguna de las partes personadas en el proceso se lo pidiera. De hecho, según las fuentes consultadas, el juez sabía que Manos Limpias, que ejerce la acusación popular, iba a solicitarle de nuevo, sólo unos días después, que citara como imputada a Doña Cristina. Su abogada, Virginia López-Negrete, ya lo intentó sin éxito hace un año, cuando tanto el magistrado como la Fiscalía y la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca se negaron en redondo a adoptar la medida. Ahora, el sindicato iba a volver a la carga. El escrito, en el que se desgranan 21 indicios para sustentar la imputación de la hija del Rey, estaba ya pergeñado.

Manos Limpias tan solo estaba esperando a la comparecencia como imputado, el próximo día 20, de Mario Sorribas, ex apoderado de Iñaki Urdangarín en Aizoon (la sociedad que comparte al 50% con su esposa) y hombre de confianza del duque de Palma, para reclamar de nuevo a Castro la imputación de la Infanta Cristina. La acusación pensaba que el testimonio de Sorribas podía aportar más indicios para apuntalar su petición.

El instructor de Nóos, según esas mismas fuentes, conocía este hecho y todo parecía apuntar a que, una vez tomada desde hace semanas la decisión de imputar a la Infanta, preferiría esperar a que Manos Limpias le planteara de nuevo la cuestión para, esta vez sí, acordar la comparecencia.

Pero Castro decidió finalmente no esperar y dar el paso sin necesidad de que nadie se lo pidiera. Quizá no quería ceder ningún protagonismo a la acusación popular o tal vez pretendía dejar claro que la decisión era suya, y sólo suya. La respuesta está sólo en la cabeza del magistrado.

En el escrito que ya tenía preparado, Manos Limpias pedía la imputación de la Infanta como «cómplice, encubridora o cooperadora necesaria» de las actividades supuestamente delictivas del duque de Palma. Con los indicios relacionados, afirmaba el sindicato, «cualquier ciudadano español ya hubiera sido imputado», negando que la «estigmatización» pudiese ser un obstáculo para citar a la Infanta a declarar.

La imputación de la Infanta, al Congreso

La Mesa del Congreso decidirá el martes si da vía libre a las distintas iniciativas registradas por PSOE, IU, UPyD y el BNG, que reclaman explicaciones sobre la herencia recibida por el Rey procedente de las cuentas que su padre, Don Juan, tenía en Suiza, y sobre la respuesta de la Fiscalía a la imputación de la Infanta Cristina en el «caso Nóos». El presidente del Congreso, Jesús Posada, ya avanzó que la Mesa sólo tramitará aquellas cuestiones que afecten al Ejecutivo.