Política

C’s plantea denunciar al presidente por incumplir la ley de transparencia

Sería una alternativa a la presentación de la moción de censura que implica un pacto con Podemos. No tomarán ninguna decisión hasta la reunión con Pedro Antonio Sánchez que se celebrará el próximo jueves

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera durante la reunión de la Ejecutiva Permanente de la formación naranja
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera durante la reunión de la Ejecutiva Permanente de la formación naranjalarazon

Sería una alternativa a la presentación de la moción de censura que implica un pacto con Podemos. No tomarán ninguna decisión hasta la reunión con Pedro Antonio Sánchez que se celebrará el próximo jueves

Ciudadanos ha puesto el pie en la pared y está dispuesto a hacerse valer. Los acuerdos nacionales con el PP «no están en juego. Estamos contentos del funcionamiento de los pactos, todo está en orden y avanza a buen ritmo», dicen desde la formación naranja. Sin embargo, C’s se sabe ante una oportunidad de oro para encarrilar su papel en la política española, en su conjunto, y así evitar el descarrilamiento de sus acuerdos con el PP que, hasta ahora, parecen abocarles a una imagen desdibujada como socio prioritario del gobierno de Rajoy porque el presidente ha encontrado otras maneras de sacar los asuntos más espinosos adelante, sin el concurso de las huestes de Albert Rivera. Un movimiento estratégico que barajan los de Rivera, y que les permitiría evitar pactar con PSOE y Podemos en Murcia, sería denunciar al presidente de esta región por incumplir la ley de transparecia

La guerra de los Sánchez –Pedro Antonio Sánchez, presidente del PP y Miguel Sánchez, líder naranja en Murcia– es ahora el epicentro de la gran batalla: el papel de C’s en esta legislatura. Esta semana ambos líderes se encontrarán para tratar la imputación del presidente murciano en el caso Auditorio, que el día 6 de marzo deberá declarar por los presuntos delitos de prevaricación continuada, fraude, falsedad en documento oficial y malversación de caudales públicos.

Esta acusación convierte al presidente murciano en la piedra filosofal de la estrategia de Ciudadanos en esta legislatura. Del resultado de este pulso entre ambas formaciones se dirimirá, o no, la influencia de C’s en la política española. Los naranjas no se han «tirado al monte» pero mantienen la presión. No están dispuestos, ni pueden si no quieren dar una imagen de sumisión al PP, a ponerse de perfil ante la imputación, exigen el cumplimiento de los acuerdos firmados y amagan con movimientos que pueden desestabilizar al PP en la región. Y todo ello, blandiendo al aire la bandera anticorrupción y la regeneración democrática. Los naranjas «no queremos ser amenazantes» y acudirán a su encuentro con Pedro Antonio Sánchez «con la voluntad de escuchar» aunque sólo quieren escuchar «que va a cumplir con la ley y con los acuerdos». O sea, dimitir. Los naranjas se toman su tiempo convencidos de que la situación les favorece, aunque miran de reojo los cambios en los responsables de la Fiscalía, y se preparan para graduar la presión.

Los dirigentes de C’s se cuidan muy mucho de circunscribir el conflicto «es un asunto regional que no afecta para nada al ámbito nacional», al tiempo que se muestran firmes «el PP debe entender que debe cumplir» y escucharán las alternativas que les proponen los populares, que en esta primera fase del pulso se limitan a «que el PP proponga un candidato alternativo al señor Sánchez», porque «el presidente imputado no seguirá presidiendo Murcia». Con esta sentencia de Juan Carlos Girauta, el portavoz parlamentario, C’s afronta esta semana que puede resultar clave en la resolución del conflicto. En cartera, la formación de Rivera ofrece al PP una alternativa política que no rompa los actuales acuerdos «proponiendo otro candidato», sin descartar su entrada en el gobierno. Si el PP no cede y mantiene que Sánchez no debe dimitir hasta que no empiece el juicio oral, C’s desempolvarán otras alternativas.

Una primera política, planteándose un acuerdo a tres bandas con socialistas y podemitas. Este acuerdo se fraguó antes de la investidura de Sánchez y sólo se frustró por la intervención directa de Albert Rivera. Este acuerdo, hoy por hoy, se vislumbra complejo pero los diferentes actores están dispuestos a explorarlo. Y una segunda, jurídica. La Ley de Transparencia de la Comunidad de Murcia es meridianamente clara y recoge que un imputado por corrupción –los populares defienden que su imputación no es por corrupción sino por irregularidades administrativas– debe dimitir y en C’s ponen énfasis al afirmar que «la dimensión jurídica de la ley la hace vinculante ante los tribunales de justicia», una afirmación que es toda una carga de profundidad a la estrategia del PP porque deja entrever una acción judicial que complicaría, aún más, la situación de Sánchez.

Esta semana «la guerra de los Sánchez» tiene un episodio clave. La reunión de ambos líderes. De su resultado depende el futuro del Ejecutivo murciano, pero también depende el futuro de la estrategia de C’s en la política nacional en la que está en juego la credibilidad del partido en materia de transparencia y en la que se dirime su papel «prioritario» como socio de gobierno. Un fracaso de C’s en Murcia les privaría de este papel y les envolvería en el tumulto de la oposición al Ejecutivo dejando su bandera anti corrupción hecha jirones.