Víctimas del Terrorismo
Consuelo Ordóñez: «Es el mayor regalo que he recibido en años»
Hace quince días Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, recibió un documento de 1.700 páginas de la Guardia Civil. 1.600 de documentación y 100 de un informe que reconoce la responsabilidad ejercida por cinco etarras en el asesinato de su hermano. «Fue una emoción impresionante. Recibí el mayor regalo que me han hecho desde hace muchísimos años», declara a LA RAZÓN.
Ordóñez, presidenta del Colectivo Víctimas del Terrorismo (Covite), reconoce que está «contenta porque es una espina que tenía desde que mataron a mi hermano». En el caso del político del Partido Popular, condenaron a los autores materiales del asesinato, pero ella no se quedó conforme porque «sabía que había más responsables» y tener sólo a los autores materiales le producía una «alegría agridulce». «Estos cinco son responsables, cada uno de ellos, en el asesinato de mi hermano. Ojalá se les procese», desea Consuelo Ordóñez, quien asegura que, si no se hace recurrirá, si es necesario, hasta en el «Tribunal de Marte».
Consuelo Ordóñez lamenta, sin embargo, que en estos cuatro años que han pasado desde que en 2011 ETA declaró la tregua no se haya dado la «estacada final» y detenido a los que quedan en activo. «¿A qué espera el Gobierno?», se pregunta. «Hay que disolver a ETA con el Estado de Derecho. Hay que acabar la faena». En sus declaraciones, habla también de Justicia, la que considera la asignatura pendiente del Estado de Derecho, en el que considera necesario «creer». «A muchas víctimas se les ha negado la Justicia, lo que no se puede es negarles también conocer quiénes son los responsables de los asesinos de sus familiares», demanda. En esta línea, Consuelo Ordóñez confiesa que cuando se compara con los demás familiares de los asesinados por ETA se siente una «privilegiada». Más de la mitad de estas víctimas no tienen el crimen esclarecido y «muchos de los que consideran resueltos tienen tan sólo a un miembro del comando o a un simple informador».
El pasado enero se cumplieron 20 años del asesinato de Gregorio Ordóñez y Consuelo, su hermana, se dijeron: «Tenemos que reabrir el sumario». «Nunca se había investigado, por ejemplo, la autoría intelectual del crimen y pedí al juez a la cúpula de ETA, a la mesa nacional y a su comité ejecutivo. Lo permitió y pidió este informe a la Guardia Civil, ante quienes me arrodillo».
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