Ministerio de Justicia

Dialogante y sólido en sus decisiones

El nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ayer en un acto celebrado en Barcelona
El nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza, ayer en un acto celebrado en Barcelonalarazon

Enero de 2002. Dos candidatos se postulan como principales candidatos para cubrir una de las vacantes de la Sala Penal: José Manuel Maza, entonces presidente de la sección primera de la Audiencia Provincial de Madrid y presidente de la Unión Judicial Independiente, y Margarita Robles, de Jueces para la Democracia, además de Carlos Moreno, magistrado de Murcia. El Consejo General del Poder Judicial se inclinó por Maza frente a Robles, con 12 votos a favor. Como magistrado más joven del Supremo, pasó a formar parte de la Sala Especial del 61 y a los pocos meses se enfrentó a la ilegalización de Batasuna. Fue su primera actuación relevante en el Alto Tribunal. Dos hechos trascendentes en su vida profesional en apenas un año: «derrotar» a Margarita Robles en la pugna por acceder al Supremo y participar en expulsar de la vida política al «brazo político» de la banda terrorista ETA.

Desde entonces, su prestigio en el Alto Tribunal ha ido en aumento, en palabras de quienes conocen al que será nuevo fiscal general del Estado, en dos aspectos esenciales: su gran formación jurídica y la solidez en sus argumentos. En palabras de un magistrado con quien ha compartido no pocos años de trabajo, «ha sido un gran fichaje». El presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura, Manuel Almenar tampoco tiene dudas del acierto del Gobierno: «Es un excelente jurista, bien valorado y apreciado por sus compañeros. Seguro que lo hará muy bien».

Desde sus inicios se involucró en el movimiento asociativo judicial, integrándose en la Asociación Profesional de la Magistratura, pero en los inicios de la década de los 90 decidió dejar la misma y se lanzó a fundar la Unión Judicial Independiente, pero también acabó por bajarse del barco que él mismo construyó.

Cuando se alude a José Manuel Maza, siempre se hace desde la óptica del ejercicio de la magistratura, pero quizás lo desconocido es que también pertenece a la Carrera Fiscal, ya que se presentó y aprobó las dos oposiciones, entonces separadas, la de fiscal y de judicatura. Al tener que optar, lo hizo por la segunda, pero también ostenta la cualidad de fiscal en excedencia. «Ni la carrera ni sus problemas le son ajenas», sostiene uno de sus compañeros.

De trato más que afable, siempre mantiene un tono sereno en sus intervenciones, públicas y privadas, y eso mismo lo traslada a la sala de deliberaciones. «Es de las personas con las que las deliberaciones de los asuntos son más fáciles, por la forma en que se expresa, por su gran capacidad de diálogo y brillante oratoria, unido todo ello a la solidez de sus argumentos».

Entre las sentencias de las que ha sido ponente, una de ellas, dictada hace pocos meses –el pasado febrero– ha adquirido una importante relevancia: la primera que avalaba la responsabilidad penal de las personas jurídicas, cuando concurran dos requisitos: la comisión de delito por una persona física que sea integrante de la persona jurídica y que las empresas hayan incumplido su obligación de establecer medidas de vigilancia y control para evitar la comisión de delitos.

También fue el ponente del fallo que dio luz verde a que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pudiesen acceder a la agenda del móvil de un detenido sin autorización judicial, siempre que sea «razonable» y «proporcional» a los fines de la investigación.

Al margen de su perfil jurídico, José Manuel Maza tiene dos grandes aficiones: la Historia y la música. Es una persona «tremendamente culta», un «enamorado de la Historia»; y, junto a ello, un auténtico melómano. De hecho, está abonado a los conciertos de la Orquesta Nacional, y es «una persona de presencia permanente en el Auditorio Nacional». Un «hombre muy culto».